Brasil. Marielle Franco, la voz guerrera de las favelas, silenciada por balas policiales
Mujer, madre, feminista, negra, concejal izquierdista y originaria de Maré, asesinada en plena calle.
Brasil lloraba el jueves su muerte al grito de “Luto e luta” (Luto se transforma en lucha), “Policía asesina, no nos va a hacer callar” o “Mujer guerrera que murió por el pueblo”, gritaron cientos de personas congregadas en las puertas del cementerio de Caju, en la zona portuaria de Río, donde Marielle fue enterrada. El dolor y la rabia se tradujeron en multitudinarias protestas en varias ciudades del país. Y más allá de sus fronteras: varias organizaciones internacionales exigieron una investigación urgente y transparente, como la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos o Amnistía Internacional.
Gritaron cientos de personas:
“Mujer guerrera que murió por el pueblo” |
La mataron por mujer, por negra, por luchadora, por querer una patria grande y justa, por denunciar la violencia institucional. Por todo eso nostrxs tomamos su ejemplo y seguimos militando
“Marielle sonreía, fuerte, segura de sí misma y con los pies en el suelo. Miraba a a la gente a los ojos; era diferente a los demás funcionarios electos que he conocido”, explicaba a la agencia France Presse la productora cultural Marcela Lisboa, amiga desde hace mucho tiempo de la concejala municipal y miembro del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Marielle era relatora de una comisión municipal creada para informar sobre los posibles abusos cometidos por los militares durante la intervención militar en Río de Janeiro ordenada por el presidente Michel Temer. Se había pronunciado abiertamente en contra de la presencia del Ejército en un vídeo en el que participaron varios artistas para denunciar lo que consideraban una “farsa”.
“Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?”, se preguntó Franco en un mensaje colgado en las redes sociales un día antes de su muerte.
Un tema que estaba particularmente cerca de su corazón: en 2014 y 2015, la favela de Maré había sido ocupada por soldados y muchos residentes habían denunciado varios abusos. La fuerza policial de Río es una de las más mortíferas del mundo. En 2016, 925 personas murieron durante las operaciones policiales, según el think tank Foro de Seguridad Pública de Brasil. Los grupos de derechos humanos han calculado que en 2017 fueron más de mil.
Marielle encarnaba para muchos el sueño de millones de personas en Brasil, de quienes creían en la paz, la justicia y la posibilidad de tener oportunidades pese a haber crecido en un entorno como el de las favelas. Actualmente, la activista vivía con su pareja en Tijuca, un barrio de clase media en Río.
Maré es una de las favelas más violentas de Río, ubicada al norte de la ciudad, no muy lejos del aeropuerto internacional. Este vasto vecindario, poblado por 140.000 habitantes, ha estado viviendo durante años al ritmo de los tiroteos, entre las guerras de bandas de narcotraficantes y las intervenciones musculosas de la policía que intentan intervenir.
Un hecho traumático en su juventud, la muerte de su mejor amiga víctima de una bala perdida en la Maré, animó a esta socióloga a trabajar en la denuncia de la violencia dentro de las favelas. Estudió una carrera, se lanzó a la política y se convirtió en la quinta legisladora municipal más votada en las elecciones de 2016 de la mano del PSOL.
La joven carioca tuvo que dejar los estudios tras quedar embarazada a los 18 años, pero pronto retomó el hilo asistiendo a clases nocturnas. Con un beca se sacó el título en sociología por la Universidad Católica PUC, una de las más prestigiosas del país, antes de especializarse en administración pública. Pronto se haría un nombre como activista antes de entrar en política.
En 2006, se convirtió en asistente parlamentaria de Marcelo Freixo, un diputado emblemático que recibió numerosas amenazas de muerte después de dirigir una comisión parlamentaria sobre las milicias paramilitares que escampaban el terror en algunas favelas. Diez años más tarde, la joven decidiría dar el paso más y se presentaría como candidata para el Concejo Municipal, con un resultado que excedió sus expectativas, más de 46.000 votos y el quinto puesto.
Tras el buen resultado en el Concejo MunicipalEs una respuesta en las urnas para aquellos que quieren alejarnos de los debates, nosotras, las mujeres negras de las favelas”
“No esperaba reunir más de 6.000 votos, estoy muy feliz porque es una respuesta en las urnas para aquellos que quieren alejarnos de los debates, nosotras, las mujeres negras de las favelas”, reivindicó Franco en una entrevista con el periódico estudiantil de la PUC después de su elección.
Feminista, lesbiana y madre de una joven de 19 años, la defensa de los derechos de las mujeres -especialmente de las negras y faveladas- fue otro de los ejes principales de su lucha. De ahí que la concejala presentara un proyecto de ley para que la ciudad llevará a cabo un estudio estadístico sobre la violencia contra las mujeres en la favela, entre otras iniciativas para dar voz al género femenino.
Su muerte deja un vacío en el activismo de Brasil. Y en el corazón de muchos de sus ciudadanos.
Estoy triste, tan triste y el lugar más frío de Río es mi cuarto”, cantó Caetano Veloso