Buenos Aires. Cien ‘Evitas’ rinden homenaje a EVA PERÓN en el centenario de su natalicio

Un centenar de mujeres vestidas como la mítica Eva Perón desfilaron el lunes por el centro de Buenos Aires para celebrar los 100 años del nacimiento de la llamada “abanderada de los humildes” en Argentina.

La iniciativa fue descrita como “artístico-política y autogestiva” por las organizadoras de uno de los numerosos homenajes a la segunda esposa del tres veces presidente Juan Perón (1945-1955, 1973-1974)
Tras concentrarse en el Obelisco, las “Evitas” marcharon por la céntrica avenida 9 de Julio hasta el hoy ministerio de Salud y Desarrollo Social.
En ese lugar, el 22 de agosto de 1951 una concentración de dos millones de personas acompañó la propuesta de la Confederación General del Trabajo (CGT) de pedirle a Eva Perón que acompañara en la fórmula presidencial a su esposo, que buscaría ese año la reelección.
Nueve días más tarde, Evita, enferma de cáncer y por presión de las fuerzas armadas, declinó su candidatura en un célebre mensaje emitido por radio y conocido como “el renunciamiento histórico”.
Hace cien años nació esa mujer que Argentina transformó en un mito: Eva María Duarte, Eva Perón, Evita. Amada por unos y odiada por otros, la llama de la segunda mujer del ex presidente Juan Domingo Perón tampoco se apagó tras morir de cáncer a los 33 años y ha pasado a la historia como la argentina más influyente del siglo XX. Fue el ariete que abrió las puertas de la mujer a la participación política y defendió los derechos de los más humildes. En Los Toldos, la localidad bonaerense donde nació el 7 de mayo de 1919, convocaron este lunes a una vigilia para conmemorar su centenario, mientras que decenas de actos la homenajearán esta semana en todo el país.


En un país con una tradición feminista que arrancó a fines del siglo XIX con referentes como Julieta Lanteri, Alicia Moreau y Elvira Rawson, entre otras, Evita logró lo que ellas no habían conseguido: la sanción del voto femenino. “Aquí está, hermanas, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas”, dijo la entonces primera dama el 23 de septiembre de 1947 cuando recibió la promulgación de la ley de manos de Perón.
A mediados de 1949 creó el Partido peronista femenino y en 1951 logró que el peronismo adjudicase seis bancas de senadoras y 23 de diputadas a la rama femenina. Navarro duda que Evita actuase influenciada por las feministas de su época, a las que despreció en varias ocasiones, y da una posible hipótesis sobre sus diferencias con ellas. “El feminismo quería dar poder a la mujer. Evita quería que las mujeres participasen para apoyar a Perón, son dos objetivos que no tienen nada que ver”, subraya la historiadora. “Aun así, sin querer queriendo Evita abrió todas las puertas para la mujer en la política”.
Cuando Evita murió, en 1952, la participación política femenina retrocedió: de representar el 18,9% de la Cámara de Diputados ese año pasaron al 7,4% en 1973. Pero las puertas no se cerraron del todo. Cuando Perón muere en 1974 le sucede su esposa. María Estela Martínez de Perón, Isabelita, se convirtió así en la primera mujer en ese cargo en todo el continente y en 1991 Argentina fue el país pionero en imponer por ley un cupo femenino en ambas cámaras del Congreso.

Evita pregonaba que el destino de la mujer era servir a los otros y alababa la idea de la mujer madre, pero con su vida de trabajo y sin hijos dio un ejemplo opuesto al que muchas se aferraron después. “Creo que su mayor legado fue haber introducido la conciencia de clase. Hacer que el pueblo trabajador entienda que tiene la palabra y el poder de cambiar el rumbo del país y que para eso tiene que organizarse”.
La persistencia de su figura va más allá de su rol político y social. Como todo mito, se enriquece con relecturas nuevas por parte de las generaciones más jóvenes, sostiene esta filósofa: “Parece una llama votiva, un fuego que nunca muere y que hay momentos en los que arde más”. “Nunca pensé que me iba a pasar ser ella. Soy hija de un peón rural y una sirvienta. Evita nos cambió la vida. Si no fuera por ella yo no estaría hoy acá”, dijo a la AFP Ana Tula, una actriz de 65 años que participó de la convocatoria, en la que las mujeres se vistieron con distintos atuendos que remitían a algunas de las estampas más conocidas de la vida de Eva Perón.

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“Evita es una inspiración permanente, un faro, un modelo a seguir”, dijo Marina Chmielarczyk, de 37 años, mientras hacía sonar su bombo con la cara de Eva Duarte dibujada en uno de sus parches.
Con un pañuelo verde en las muñecas, símbolo de la lucha por la legalización del aborto en Argentina, algo de lo que estiman Eva Duarte apoyaría, las “Evitas” realizaron una procesión de tono opositor al gobierno del presidente liberal Mauricio Macri, rodeadas de varios centenares de manifestantes.
Eva Perón estuvo solo 7 años en la vida política y pasó a la inmortalidad.
“Evita está viva en su pensamiento. Su pensamiento es lo que más me representa del peronismo. Si hoy tuviera que elegir diría la frase de ella: “Donde hay cada necesidad hay un derecho”, afirmó Silvia Lobo, una docente jubilada de 54 años, al recordar a la dirigente peronista que alzó la voz de los pobres.
Nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, un pueblo a 200 km de Buenos Aires, adonde llegó a los 15 años. Fue actriz de teatro y cine hasta que en 1944 conoció a Perón y su vida se transformó. Murió de cáncer a los 33 años, el 26 de julio de 1952.
“Fueron solamente siete años en la vida política y pasó a la inmortalidad. Hay un antes y un después para las mujeres a partir de la emergencia de Eva como líder popular. Es una figura bisagra. Ella inaugura un período de creciente presencia de las mujeres en la vida pública y en la política”, afirma la sindicalista Estela Díaz.
En Argentina, el voto femenino fue aprobado en 1947 a instancias de Eva, cuya imagen perdura en billetes de 100 pesos, pese a que el gobierno actual dejó de imprimirlos.
En el país, es aún blanco de odios y amores. Mítico emblema del peronismo, se convirtió en una figura de culto también en el extranjero.
En 1978, Andrew Lloyd Webber llevó a las tablas la vida y muerte de Eva, con algunas licencias históricas, en un musical pop que han protagonizado para el cine y el teatro desde Madonna con Antonio Banderas hasta Elena Roger con Ricky Martin.