CARACAS. Ramos Allup admite que caídos durante protestas no eran hijos de dirigentes políticos

El dirigente adeco lamentó que se reportara “un número elevado” de jóvenes asesinados durante el plan sedicioso de la oposición

El diputado de Acción Democrática a la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, admitió este viernes que las 121 personas que perdieron la vida durante la ola de violencia política entre abril y julio de 2017 no eran hijos de dirigentes políticos.

“Ninguno de los caídos nunca son hijos de dirigentes políticos o hijos de algún patricio o patricia venezolana, siempre son hijos del pueblo”, afirmó el dirigente adeco durante la instalación del período de sesiones 2018-2019 del Poder Legislativo.Resultado de imagen para Freddy Guevara

Además, lamentó que se reportara “un número elevado” de jóvenes asesinados durante el plan sedicioso de la oposición.

Vale destacar que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en el mes de noviembre le levantó la inmunidad parlamentaria al militante de Voluntad Popular (VP), Freddy Guevara, quien fue acusado de asociación, instigación pública continuada y uso de adolescentes para delinquir.

Formó parte del grupo de actores que hizo lobby ese año ante organismos internacionales para alentar la intervención contra Venezuela, al tiempo que impulsó el plan sedicioso que durante tres meses dejó 121 fallecidos y cuantiosas pérdidas materiales a la nación.

 De otra parte:

La elección de Omar Barboza, partidario de la negociación con el Gobierno, como nuevo presidente de la Asamblea Nacional vuelve a evidenciar las fracturas en la MUD

Omar Barboza, del partido Un Nuevo Tiempo, ha sido investido como nuevo presidente, mientras que Julio César Reyes y Alfonso Marquina ocuparán la primera y segunda vicepresidencia.

La elección de Barboza, todo un negociador en la política, ha puesto en evidencia, de nuevo, las fracturas existentes dentro del conglomerado opositor, buena parte de las cuales obedece a diferencias de criterios –algunas de ellas de cierto calado– en torno a cómo enfrentar y derrotar el aparato político-militar que sostiene a Maduro.

La crisis de opinión que evidencia la MUD es la más importante que le ha tocado vivir a la plataforma opositora venezolana desde su creación, en 2009. Analistas y observadores locales han señalado que la Mesa está cargando con el pasivo de haber convocado una movilización nacional en 2017 que no se tradujo en resultados concretos y chocó con la respuesta ordenada y uniforme de Maduro.

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