CARRERA HACIA LA CASA BLANCA Michelle Obama hace añicos a Trump en el arranque de la convención demócrata
No fue un gran espectáculo, pero el país seguramente no está para fiestas. Ni los delegados bailaron esta vezla Macarena ni hubo aplausos o risas espontáneas en respuesta a los discursos, y si alguien bostezó lo hizo en la intimidad de su casa, pero el Partido Demócrata de Estados Unidos salió airoso anteanoche del reto de transformar un rito político multitudinario en una convención virtual más propia de la pandemia que vivimos con algunos destellos de emoción traspasando la pantalla.
De la mano de la actriz texana Eva Longoria, la convocatoria resultó en un híbrido entre un largo spot de campaña y megavideoconferencia colectiva que arrancó con decenas de niños cantando –solos, cada uno en su pantalla, pero unidos por la tecnología– el himno del país. Durante dos horas, diferentes figuras políticas y ciudadanos de a pie defendieron que Joe Biden es el mejor candidato para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca en noviembre. La receta, una mezcla de discursos políticos y actuaciones musicales pregrabadas, intervenciones en directo y vídeos caseros de votantes, tanto demócratas como republicanos críticos con el presidente o arrepentidos por haberle apoyado.
Algunos de los vídeos (como el testimonio de la mujer de Arizona que perdió a su padre víctima del Covid: “Mi padre era un hombre de 65 años sano. Su única enfermedad previa fue confiar en Donald Trump y lo pagó con su vida”) se hicieron virales, que es al fin y a cabo de lo que se trata en el 2020. La audiencia en televisión fue un 25% inferior a la de 2016 (18,7 millones de espectadores frente a 28,9 millones) pero era un producto diferente y no todas lo emitieron completo; sumando las reproducciones por internet desde las diferentes plataformas del partido la cifra final de ratings es similar a otros años, defiende el partido.
La ex primera dama denuncia la falta de aptitudes de Trump para ser presidente y su “total falta de empatía”
En la primera jornada de las cuatro que durará esta rara convención se tocaron todos los temas del momento: la pandemia, la crisis económica y las demandas de justicia racial. Pero si hubo un hilo conductor fue la denuncia de lo que los demócratas definen como falta de altura moral del presidente y su incapacidad para liderar al país en este momento. Desde Vermont, el senador socialista Bernie Sanders, que acabó segundo en las primarias demócratas, hizo el diagnóstico más crudo sobre la situación del país y rogó a sus votantes que apoyen con todas sus fuerzas a Biden. Está en juego, dijo alertando del autoritarismo del presidente, “el futuro de nuestra democracia”, por eso “debemos estar unidos”, reclamó quien en el 2016 fue el gran divisor del partido, erigido ahora en su unificador. “Nerón estaba de juerga mientras Roma ardía. Trump juega al golf”, denunció el senador.
Nadie diseccionó a Trump de manera tan precisa y apasionada como la ex primera dama Michelle Obama. “Cada vez que miramos a la Casa Blanca en busca de liderazgo, consuelo o estabilidad nos encontramos con caos, división y una falta total de empatía”, afirmó en una intervención excepcionalmente crítica viniendo de una ex primera dama. “Ser presidente no cambia quién eres, revela quién eres”, enfatizó en un mensaje pregrabado en su casa de Washington.
“Dejadme ser todo lo sincera y clara posible: Donald Trump es el presidente equivocado para nuestro país. Ha tenido tiempo de sobra para demostrar que puede desempeñar el trabajo pero claramente le queda grande. No está a la altura del momento. No puede ser quien necesitamos que sea. Es lo que hay”, sentenció, cerrando con la frase que Trump repuso cuando hace poco se le recordó la cifra de muertos por Covid-19 en EE.UU. (más de 170.000). Biden, en cambio, “será un presidente que dirá la verdad y confiará en la ciencia”, aseguró Michelle Obama, una de las figuras más populares del partido aunque –como recordó– alérgica al politiqueo. Lucía en el cuello una fina cadena con las letras de la palabra voto, la causa a la que se ha entregado en los últimos años.
Trump respondió ayer a las críticas de la ex primera dama recordándole la fuerte división que ya padecía el país con la anterior Administración. “Por favor, que alguien le explique a Michelle Obama que Donald Trump no estaría aquí, en la hermosa Casa Banca, si no fuese por lo que hizo su esposo, Barack Obama”. Estas elecciones pintan sin embargo mucho más complicadas para Trump. Biden no suscita el rechazo que provocaba Hillary Clinton hace cuatro años, y las encuestas indican que el demócrata saca ahora mismo una media de diez puntos de ventaja al presidente.
El republicano, sin embargo, se resiste a admitir siquiera la posibilidad de que pueda perder y no deja de alimentar las sospechas de fraude electoral: “La única forma en que podemos perder estas elecciones es si las amañan”, dijo el presidente en un acto de campaña en Wisconsin, que visitó dentro de su gira por el Medio Oeste –a menudo, rodeado de simpatizantes sin mascarilla, desafiando las recomendaciones sanitarias contra el coronavirus– para tratar de contraprogramar a los demócratas.