CATALUÑA. Como desde Madrid solo son insultos y armas contra el pueblo, CUP no ve posible dialogar, instado a Puigdemont que responda a Rajoy: que hizo la DUI
Los anticapitalistas también proponen convocar un pleno extraordinario para proclamar la independencia
La CUP pide al Gobierno y especialmente al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que este lunes responda afirmativamente a la Moncloa sobre si declaró o no la independencia martes. Es decir, exige a Puigdemont que conteste que hizo la DUI y lo acompañe de una “proclamación solemne”, ahora sí, de la República Catalana.
Para la portavoz del secretariado nacional, Núria Gibert, la respuesta de la Moncloa no ha servido para dar espacio a ningún diálogo, ya que consideran que el bloque de PP, Ciudadanos y PSOE “no da margen para ningún plazo”. Así, si en un primer momento los cupaires habían exigido al Gobierno que fijara el plazo de un mes como máximo para intentar la mediación, ahora creen que ya se ha demostrado que “no hay diálogo posible” y lo dan por terminado .
Esta ha sido la petición del consejo político de la CUP, que se ha reunido este sábado en la sede de la formación en Barcelona, después de que el martes el presidente de la Generalitat pidiera la suspensión de la declaración de independencia para favorecer el diálogo con el Estado y la comunidad internacional. El giro de última hora, del que no tenían conocimiento los cupaires, enervó la formación de la izquierda independentista, que el mismo día ya anunció que se plantearía abandonar la actividad parlamentaria.
Por la tarde, el consejo político ha acordado de qué manera pedirán que se vehicule la declaración de la independencia. En una nota enviada a los medios, los cupaires explican que propondrán que se haga un pleno monográfico que concluya con la proclamación del nuevo estado catalán, aunque no explican cuando quieren que se celebre este pleno. De momento, ya hay uno previsto para esta misma semana, el orden del día se decidirá este lunes en la reunión de la junta de portavoces. La CUP no tiene suficientes diputados para impulsar un pleno monográfico y necesitaría del apoyo de JxSí.
En gran medida el futuro cercano de la extrema derecha depende de cómo Mariano Rajoy afronte el conflicto de Cataluña: si no evita que se cronifique o decepciona los sectores ultrapatriotes puede crearse un espacio político a su derecha. Pero esto no implica necesariamente que irrumpa en el Congreso una opción extremista, porque hoy sólo hay dos fuerzas que difícilmente pueden competir con éxito con el PP: Vox y la federación Respeto (que reúne PxC, España 2000 y el Partido por la Libertad).
¿Qué podemos concluir de todo esto? Que el ultranacionalismo español, espoleado por el secesionismo, hoy -más que devenir capaz de vertebrar una alternativa al PP- forma un potente grupo de presión. Llegados aquí se divisan dos eventuales escenarios: uno es que el mapa político no conozca cambios para que Rajoy es capaz de aglutinar ese electorado belicoso (sin que ello implique que el PP sea ultraderechista); el otro es que este ultrapatriotisme inicie un proceso de acumulación de fuerzas ideológicamente transversal, como hizo el independentismo desde el 2012. Si esto sucede, posiblemente más temprano que tarde se visualizará en la política española por vías ahora difíciles de prever, como pueden ser partidos, asociaciones o una involución autonómica.