Crear calles conscientes. Rionegro (Colombia) y Salt Lake (Estados Unidos)han optado por el urbanismo táctico
Para crear intersecciones prácticas y seguras
Cada vez más, se están viendo pequeñas grandes intervenciones de urbanismo táctico en distintas partes del mundo que generan un gran impacto social, cultural y económico. Con mayor frecuencia, el espacio público de distintas ciudades se ve modificado bajo una lógica experimental y de socialización constante donde a priori, se divisan ciertas ventajas sobre los modelos convencionales de diseño y planeamiento urbano: tienen un bajo coste, una fácil implementación y ponen en el centro a los usuarios a los que se pretende beneficiar.
En Seres Urbanos hemos hablado de muchas intervenciones exitosas, desde las realizadas por el colectivo madrileño Boa Mistura, el francés JR o la peatonalización de Times Square en Nueva York hecha por el equipo de Jan Gehl.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dentro del programa de Ciudades Sostenibles, lleva realizando una serie de intervenciones tácticas en distintos lugares de Latinoamérica que han beneficiado a muchas comunidades. En particular, una de las actuaciones de urbanismo táctico a destacar es la realizada en la ciudad de Rionegro, en el departamento de Antioquia (Colombia), conjuntamente con IAA Studio, Mcrit e Ibergeo, y con la colaboración de la ciudad de Rionegro y la Fundación Pintuco.
La intervención Calles conscientes se realizó cerca del Hospital San Juan de Dios, particularmente en la carrera 48 con la calle 59, uno de los cruces con mayores problemas vehiculares. El objetivo consistía en mejorar la movilidad peatonal, incidir en el espacio urbano así como recuperar los terrenos y zonas baldías de las adyacencias. Se detectó un grave déficit de espacios dignos y accesibles para el peatón, así como zonas para la parada de las ambulancias.
De este modo, conjuntamente con el personal sanitario, este modelo de intervención buscó la participación conjunta de todos los vecinos para modificar el entorno y establecer ciertos cambios que impactaran en el ámbito social y cultural. Solo bastó ingenio y pintura para cambiar el comportamiento colectivo. Se repensó la distribución de la calle, se aumentó el espacio para el peatón y se mejoró la seguridad vial. De este modo, los anchos de carril se delimitaron (y se vieron reducidos) y se incorporaron pasos de peatones a nivel en cada uno de los cruces.
Bajo la temática floral, se desarrolló un patrón geométrico hexagonal que abrazó todo el proyecto tejiendo el espacio como si de una red comunitaria se tratase. Se diseñaron plantillas hexagonales que sirvieron como patrones para pintar un jardín floral en el espacio urbano peatonal, ofreciendo una continuidad visual y espacial. Fueron diez días de intenso trabajo que se realizó en octubre de 2019, donde no tan solo el equipo de diseño se encargó de pintar, sino que se invitó a distintos colectivos para crear un cierto sentido de pertenencia.
De manera similar, la intervención The Spin Space en Salt Lake City, Utah (Estados Unidos), también realizada en setiembre de 2019, ha demostrado el poder de la pintura para crear un entorno seguro para peatones y ciclistas para cruzar la intersección de las calles 300 East con 700 South.