Un auténtico caballero de la Radio…partió al Oriente Eterno
AGUSTÍN DÍAZ MONSALVE nació enBetulia, el 14/9/1945 y murió en Bucaramanga, el 27/7/2018.
Se casó en Betulia el 25/2/1970, con MATILDE GÓMEZ SOLANO (Betulia, 2/4/1949 – Zapatoca, 21/2/2009).
Hijo de FAUSTINO DIAZ RUEDA, (Betulia, 13/12/1911 – Zapatoca, 28/4/1978) y MERCEDES BERNARDA MONSALVE RUEDA, (Betulia, 5/9/1920).
Abuelos Paternos: MIGUEL DIAZ ROJAS, y ANA GREGORIA RUEDA GOMEZ,
Abuelos Maternos: JOSE AQUILINO MONSALVE CAMACHO, y MERCEDES RUEDA RUEDA,
Fundó a primera emisora de Betulia (ECOS DEL SALTO BLANCO), a finales de los años 70, gracias al estudio de Electrónica que hizo a distancia. Trasladó la emisora para Zapatoca en 1973 con el nombre de La Voz de Zapatoca, Esa emisora es la que se conoce hoy como Radio Lenguerke.
Agustín Reparaba radios y televisores, construía antenas y y se dedicó a la apicultura.
Los Betulianos, de finales de los 60, gozaron con esa emisora, se asombraban con su sencillo funcionamiento “Dejando de buscar el viejo que debajo de un metal del radio hablaba por él”, presentaban los colegiales programas para los que Agustín amablemente abrió las puertas de su emisora, hacían complacencias, etc.
Hizo una sociedad con los hermanos Jaimez Martínez y Álvaro Grass Uribe, pero debido a desacuerdos lo llevaron a venderles su parte, retirándose así, del mundo de la radio. Tiempo después montó una fábrica de mangueras con plástico reciclado.
Luego del fallecimiento de su esposa su salud se deterioró y terminó sus días en el Hogar San Antonio.
Nunca Betulia ni Zapatoca le reconocieron su importante aporte a la historia de la radio de nuestros pueblos.
SOBRE AGUSTÍN ESCRIBE ENRIQUE CANCELADO:
“Agustín Diaz Monsalve, betuliano, fué la persona que en 1973 montó la estación radial: La Voz de Zapatoca, la primera en mi pueblo.
Allí inicié mis días en la radio. Esa emisora es la que se conoce hoy como Radio Lengerke.
A Agustín yo lo llamaba “Angustias”, porque era hiperactivo y de temperamento nervioso.
Prestando el servicio militar estudió Electrónica por correspondencia, cuyos conocimientos le permitieron, primero una profesión para casarse, formar una familia y cumplir uno de sus grandes sueños: montar la primera estación radial en Betulia.
Allí la situación económica no le permitía cumplir con sus aspiraciones, decidió trasladarse “con cutes, mujer y todo” para Zapatoca.
Aquí formó a su familia, montó la emisora, reparaba radios y televisores, construía antenas y y se dedicó a la apicultura.
Fue un gran amigo, una excelente persona. Nunca le conocí un detalle feo o una actitud criticable.
En mis intervenciones sobre la historia de la radio y de mi vida profesional lo menciono, porque siempre le he agradecido que, sin conocerme, me abriera las puertas a este hermoso y complicado mundo.
Testimonio de ello está en la Revista La Eskina, el texto de mi discurso de agradecimiento cuando la Corporación de Periodista, me distinguió con “La Pluma Dorada” por mi trayectoria profesional.
Nunca Betulia ni Zapatoca le reconocieron su importante aporte a la historia de la radio de nuestros pueblos.
Antes de morir su esposa y cayera enfermo, cuando yo iba a mi pueblo, lo visitaba, tomábamos un tinto y conversábamos de diferentes temas. Eso era sagrado para mí.
Paz en la tumba para “Angustias” una persona a quien siempre he considerado superespecial”.