El Coronavirus no distingue y se extiende entre la élite política internacional
El coronavirus es un virus democrático, se expande por el planeta sin entender de clases o relevancia social. Entre sus más de 100.000 víctimas, aparte de ciudadanos anónimos, se encuentran también todo tipo de personalidades del mundo del espectáculo, el deporte e incluso algunos importantes líderes políticos.
El canadiense Justin Trudeau se somete a cuarentena tras el positivo de su mujer
Irán, que supera los 10.000 casos y 400 muertes, es el país en el que el Covid-19 ha infectado a más figuras políticas. Precisamente ayer, la televisión estatal informó de que Ali Akbar Velayati, un asesor de confianza del líder supremo Ali Jamenei, de 80 años, había dado positivo. Es el último nombre en sumarse a una lista cada vez más larga. El vicepresidente Eshaq Jahangiri, varios ministros del gabinete presidencial, miembros del Parlamento, de la Guardia Revolucionaria y altos funcionarios del Ministerio de Salud, entre ellos el que era coordinador estatal para esta crisis sanitaria, también están infectados por el virus.
“Los políticos están sobrerrepresentados en la cantidad de personas que han sido diagnosticadas”
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció el jueves que se ponía en cuarentena después de que su esposa, Sophie Grégoire Trudeau, hubiera dado positivo. La oficina del mandatario aseguró que, de momento, no tiene síntomas de Covid-19, pero aun así, permanecerá aislado durante 14 días.
El ministro de Interior de Australia, Peter Dutton, también está aislado en un hospital después de dar positivo. El político regresó al país el pasado domingo tras un viaje a Washington, donde se reunió la semana pasada con el fiscal general de Estados Unidos William Barr y con la hija del presidente Donald Trump, Ivanka.
En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro dio negativo tras someterse a las pruebas después de que el jefe de prensa de su gabinete, Fabio Wajngarten, diera positivo y fuera confinado en su casa. Unos días antes de conocer que estaba contagiado del virus había formado parte de un viaje oficial a Miami, donde participó en una cena organizada por Trump en su resort de Mar-a-Lago e incluso llegó a fotografiarse al lado del mandatario. Precisamente ayer, Trump anunció que ”muy probablemente” se hará la prueba del coronavirus a pesar de no haber desarrollado los síntomas para saber si se contagió en la cena con la delegación brasileña.
Quienes sí que han decidido aislarse han sido el senador Ted Cruz y otros tres congresistas republicanos tras asistir a un acto en Maryland en el que participó una persona infectada.
Con un resultado positivo comunicado el pasado lunes, Franck Riester, Ministro de Cultura francés, afirmó estar “en buena forma” y confinado en su hogar en París. Antes de ser diagnosticado, había pasado varios días trabajando en la Asamblea Nacional, donde se han detectado otros cinco casos de coronavirus.
Nadine Dorries, Secretaria de Estado de Salud del Reino Unido y que participó en la redacción de algunos de los reglamentos para detener la epidemia en el país, es el primer miembro de la clase política británica en ser diagnosticada con la enfermedad. Antes de eso, interactuó con el primer ministro Boris Johnson, así como con otros políticos británicos prominentes.
En España, la figura política de más alto rango en resultar infectada por el coronavirus ha sido la ministra de Igualdad Irene Montero. Su positivo ha provocado que su pareja, el vicepresidente segundo del Gobierno Pablo Iglesias, se haya visto obligado a ponerse en cuarentena, aunque no ha sido contagiado. La ministra de Política Territorial Carolina Darias, la exvicepresidenta del Congreso Ana Pastor y los diputados de Vox Santiago Abascal y Javier Ortega-Smith también han dado positivo.
En un artículo de la revista TIME , el profesor de biología de sistemas computacionales del University College de Londres afirmaba que “los políticos están sobrerrepresentados en la cantidad de personas que han sido diagnosticadas”. Entre las explicaciones potenciales, el experto apuntaba a que, por su profesión, están en contacto con más gente que la media de la población. Además, tienen un acceso más rápido a las pruebas. “Cualquier otra persona con síntomas similares y sin antecedentes de viaje no sería examinada”, afirma.