España en campaña para las elecciones generales

Arranca la campaña para las elecciones generales en España: Conozca quién es quién

Pedro Sánchez (arriba izd.), Pablo Iglesias (abajo izd.), Pablo Casado (arriba der.) y Albert Rivera.

Este viernes 12 de abril comienzan las dos semanas de campaña para las elecciones generales en España, que se prevé que sean las más complicadas de las últimas décadas. Finalizará dos días antes de que tengan lugar los comicios, el próximo día 28.

Entre la variedad de opciones políticas que concurrirán a esta cita con las urnas se encuentran partidos en muy diversas condiciones: las dos grandes formaciones que conformaban lo que se conocía como el bipartidismo, las dos fuerzas emergentes tras la irrupción de la crisis que ya compitieron en los pasados comicios, los partidos regionales nacionalistas o independentistas, y alguno que está llamado a irrumpir en el Parlamento por primera vez, como pueden ser los animalistas, pero, sobre todo, la extrema derecha.

El bipartidismo

Los principales partidos tradicionales que concurren a las elecciones son el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el Gobierno; y el Partido Popular (PP), que dejó el Ejecutivo en junio pasado debido a una moción de censura sobrevenida tras ser condenado como organización en un caso de corrupción.

Sánchez da la mano al derrocado presidente Rajoy tras la moción de censura en el Parlamento en Madrid. 1 junio 2018. / Pierre-Philippe Marcou / Reuters

La particularidad que se presenta en esta ocasión, a diferencia de las anteriores, es que el porcentaje de la suma de ambas fuerzas podría ser el menor en la democracia española, porcentaje que hace menos de una década alcanzaba el 85%.

  • PSOE: a la cabeza de todas las encuestas

El Partido Socialista encabeza todos los sondeos publicados hasta la fecha. Por un lado, ha aumentado la fidelidad de sus votantes debido al efecto de encontrarse en el Gobierno; por otro, ha frenado su sangría de votantes a Ciudadanos; y por un un tercer flanco, ha recuperado parte del electorado que se había ido a Podemos en los últimos comicios. Además, su líder, a pesar de no alcanzar el aprobado, es el mejor valorado por los ciudadanos.

Los cerca de 135 diputados que le dan las encuestas serían en el periodo precrisis un resultado pésimo, pero ahora le asegura una holgada diferencia con el segundo partido. Desde que el presidente Pedro Sánchez comenzó su mandato ha tenido que luchar contra el estigma, lanzado por los partidos de derechas, de ser un presidente ilegítimo tras alcanzar la Moncloa gracias a una moción de censura, un mecanismo constitucional que sustituye un presidente del Gobierno por otro si obtiene el respaldo mayoritario del Parlamento. Sánchez consiguió el apoyo de todos los grupos, salvo el de PP, Ciudadanos y dos partidos residuales.

Su campaña se basa en propuestas que han jalonado sus once meses al frente del Ejecutivo: la Memoria Histórica, con su insignia de sacar a Franco del Valle de los Caídos; la defensa de los servicios públicos; el diálogo y la moderación con respecto a la crisis catalana; y su papel centrista frente a los extremismos y al auge de la extrema derecha. El PSOE apuesta por vender estabilidad, derechos y feminismo.

  • Partido Popular

El PP se hundió en una profunda crisis cuando perdió el Gobierno de una manera tan inesperada, de la que intentó salir con un cambio de liderazgo. En las primarias celebradas por primera vez en esta formación, Pablo Casado se alzó con la victoria, aunque no parece que termine de dar alas a un partido que cada vez pierde más votos, según los sondeos, con los que los populares son críticos.

Bajo la dirección de Casado, el PP ha dado un giro significativo a la derecha, haciendo suyas muchas de las consignas que la ultraderecha está poniendo sobre la mesa, con el fin de parar la fuga de votos de su partido a Vox. Los ataques a la migración, su postura en contra del aborto, la defensa de tradiciones conservadoras relacionadas con la Iglesia o los toros y, por supuesto, la defensa a ultranza de la unidad de la nación española son las banderas que predominan en su discurso.

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En las últimas semanas han sido muy cuestionados algunos de sus fichajes estrella como candidatos a diputados. El hijo del presidente en la transición Adolfo Suárez, que será su número dos por Madrid, recibió muchas críticas por su postura antiaborto cuando afirmó que en Nueva York se permitía legalmente abortar después del nacimiento. Así mismo, otras personas que le acompañan en las listas, como el padre de una menor víctima de asesinato o varios toreros, han sido criticados por su falta de idoneidad para ejercer el cargo al que aspiran.

Los que vinieron a regenerar

Otros dos grandes partidos completan el cuarteto de las formaciones políticas más importantes del país: Ciudadanos y Podemos. Aunque Ciudadanos se había creado algunos años antes en Cataluña, ambas organizaciones crecieron a la luz de la crisis económica y de la crisis de confianza de los ciudadanos en sus representantes. Los dos han afirmado reiteradamente que han venido a regenerar la vida pública del país y a luchar contra la corrupción.

  • Ciudadanos

Ciudadanos llegó por primera vez al hemiciclo español en las elecciones de 2015 con 40 escaños, que se reducirían a 32 al repetirse los comicios en 2016. Tras su nacimiento en Cataluña en 2006 se definió a sí mismo como un partido de centro izquierda, sin ideología definida más allá de su oposición al nacionalismo. Sin embargo, en 2009 concurrió a las elecciones europeas junto a una fuerza ultraderechista.

Ya en 2010, Albert Rivera, que llegó a liderar el partido a través de un sorteo, posicionaba a su formación entre el liberalismo social y la socialdemocracia. Tras dar el salto nacional, con una campaña en la que repitió hasta la saciedad que no pactaría ni con Sánchez ni con el entonces presidente Mariano Rajoy, primero puso sus diputados a disposición del socialista, que no consiguió ser investido presidente, y a continuación lo hizo con el popular, que sí consiguió hacerse con la Presidencia del Gobierno.

El escoramiento a la derecha de Ciudadanos es evidente, y los votantes cada vez lo sitúan más en ese espectro ideológico. Sus cambios de postura en muchos asuntos son obvios, lo que le ha granjeado que muchos lo hayan apodado como ‘el partido veleta‘. Las propuestas más contestadas han sido su apoyo incondicional a la legalización de la gestación subrogada, su apuesta por la legalización de la prostitución o su negativa al diálogo en Cataluña, que precisamente en esa región le dio buenos resultados electorales, pues su partido cosechó el primer puesto en los comicios regionales de 2018.

  • Podemos

Podemos surgió claramente del movimiento 15M, que vio la luz en primavera de 2011 y que ocupó las principales plazas españolas reuniendo a una ciudadanía muy heterogénea, que tenía en común su desencanto con el bipartidismo y su hartazgo hacia la corrupción y hacia las prácticas políticas que creían que primaban los intereses de una élite sobre la ciudadanía.

Las encuestas le son desfavorables pues indican que está perdiendo votantes de izquierda que están regresando a su anterior casa, la socialista. Su tirón mediático, además, ha menguado debido a la situación de sus número 1 y 2, Pablo Iglesias e Irene Montero, que han disfrutado de sus bajas por maternidad y paternidad y han estado ausentes del espacio público.

Hasta ahora han jugado en su contra las rencillas internas, que han dado lugar a diferentes escisiones, la más llamativa en Madrid, donde quien fue número dos de Iglesias, Íñigo Errejón, se presentará a las elecciones regionales por otro partido. A su favor parece que están empezando a jugar las últimas noticias, que han destapado una trama de espionaje ilegal en la que están involucrados políticos, policías y medios para perjudicar a Podemos: desde difusión de informaciones falsas hasta el robo de un teléfono móvil para publicar conversaciones privadas que dañaran a la formación. Se presenta a las elecciones en la coalición Unidas Podemos que incluye, entre otras, a Izquierda Unida.

Los nacionalistas

En diferentes territorios se presentan partidos de ámbito regional, que no compiten en todo el país sino en las circunscripciones electorales de sus regiones. Es el caso de las Comunidades Autónomas de Galicia, País Vasco, Cataluña, Valencia o Canarias. Aunque sus resultados se prevén modestos, pueden ser decisivos, como resultaron en la moción de censura, que necesitó los votos de hasta seis partidos nacionalistas para prosperar.

  • Los independentistas catalanes

Los partidos independentistas catalanes, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCat) son dos de los partidos minoritarios más importantes. Entre ambos pueden lograr hasta una quincena de representantes, debido a la numerosa población que tienen las provincias catalanas.

Aunque se estima que son más partidarios de mantener en la Moncloa a Sánchez que de propiciar un cambio que aupe a Casado, partidario de un “155 permanente” –es decir, de eliminar la autonomía catalana– su papel es una incógnita, tanto más, cuando sobrevuela sobre la campaña el juicio que se está desarrollando contra los principales líderes políticos y sociales del denominado ‘proceso catalán’, que desembocó en la celebración del referéndum de autodeterminación ilegal de 2017.

El exvicepresidente catalán, Junqueras, en el juicio a los líderes independentistas catalanes. Madrid, 14 febrero 2019. / Reuters

Llevaron a Sánchez a presidir el Gobierno gracias a su apoyo a la moción de censura, sin lo que habría sido imposible. Pero menos de un año después propiciaron su caída al no apoyar los Presupuestos Generales del Estado y abocarle a la convocatoria de elecciones generales.

  • Otros partidos nacionalistas o regionalistas

Otros partidos nacionalistas también tienen posibilidad de conseguir asientos en la Cámara y, aunque su peso será previsiblemente menor que el de los catalanes, también pueden ser determinantes para inclinar la balanza hacia un Gobierno progresista o conservador.

La irrupción: Vox

Pero la mayor irrupción que pronostican todos los sondeos es la del ultraderechista Vox. Hasta ahora se trataba de una fuerza extraparlamentaria, pero tras su entrada en el hemiciclo regional de Andalucía el pasado diciembre, sus expectativas de voto a nivel nacional se han disparado: podrían alzarse con más de un 10 % de los votos y más de 20 escaños en un Parlamento de 350.

El partido liderado por Santiago Abascal, antiguo militante y dirigente del PP, tiene una línea ideológica muy clara, aunque no se le conocen propuestas concretas en muchos sectores. Defiende sobre todo la unidad de la nación española, ha atacado duramente el problema de la migración, se muestra abiertamente contrario a las leyes de igualdad de género y contra la violencia machista –que pretende derogar–, ha sostenido la prevalencia de las denuncias falsas de las mujeres a pesar de que los datos le desmienten, es partidario de blindar los toros, muestra sin complejos su carácter católico y aboga por que los ciudadanos puedan portar armas.

Santiago Abascal, líder del ultraderechista Vox, en un mitin en Barcelona. 30 de marzo de 2019. / Sergio Perez

Su ascenso fue meteórico, pero parece que ya ha alcanzado su cénit y se encuentra atascado en las encuestas desde hace meses. En las últimas semanas, además, ha tenido que hacer frente a numerosos escándalos relacionados con el pasado o presente de sus líderes locales, como cuando se detuvo en marzo al líder del partido en Lérida acusado de abusos sexuales a menores.

Sin pactos no hay Gobierno

La configuración del próximo Parlamento seguirá la tendencia iniciada la pasada legislatura y necesitará de pactos para formar Gobierno. Incluso si se cumple el pronóstico de la holgada victoria del partido socialista, necesitará, como ocurrió en la moción de censura, del apoyo de otros partidos para que Pedro Sánchez vuelva a ser investido presidente.

Así, este martes se ha conocido la macroencuesta del Centro de Investigación Sociológica (CIS), que dibuja un escenario polarizado en dos bloques, que permitiría la formación de Gobierno de signo opuesto según cual obtenga primacía: el primero integrado por las fuerzas progresistas PSOE y Unidas Podemos, que previsiblemente podría ser apoyado por las formaciones nacionalistas; y otro que abarcaría desde el centro derecha hasta la extrema derecha, que incluiría a Partido Popular, Ciudadanos y Vox.

Aún quedaría otra posibilidad para la formación de Gobierno, que consistiría en el apoyo de Ciudadanos a un nuevo Ejecutivo socialista. Ciudadanos ya ha afirmado con rotundidad en diversas ocasiones que no pactará con Sánchez, pero no sería ni la primera ni la segunda vez que incumple su palabra en este sentido.

Todavía queda algo más de dos semanas para los comicios y la elevada cifra de indecisos, que supera el 40 %, podrían hacer variar, y mucho, las expectativas arrojadas por todo tipo de encuestas.

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