ESPAÑA. Izquierda y derecha chocan de frente. Candidatos se enfrentan en un debate televisivo
Los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales, Pablo Casado (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Cs) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), en los momentos previos al inicio del debate
En España, los cuatro principales candidatos a la presidencia del Gobierno mantuvieron un debate televisivo con la intención de convencer a aquella parte de la población, más del 25 por ciento, que todavía no sabe a quién votar el próximo domingo.
Albert Rivera se empleó a fondo. Su partido es el eslabón débil de la campaña electoral hasta ahora ausente. Casi la mitad de sus potenciales electores se muestran indecisos. Rivera tenía la obligación de prepararse a fondo y así lo hizo. Salió en tromba y cogió a Pablo Casado algo desprevenido. Un Casado con freno de mano. Un Casado mucho menos belicoso que en la mayoría de sus actos de campaña. Un Casado de tonos pastel si lo comparamos con la dialéctica de su candidata en Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. Partido Popular y Ciudadanos no se rechazan. Rivera se ofrece como aliado, pero hubo zarpazos naranjas: la corrupción del PP.
Pedro Sánchez, candidato favorito en las encuestas, está trabajando la asignatura gravitas, esa cualidad que da espesor a un gobernante. En algunos momentos la consigue (la gravitas), en otros, se le escapa de las manos y regresa al 2015. Tuvo momentos contundentes y bien articulados. En otros, perdió altura.
Un Pablo Iglesias más sosegado que nunca presentó en público a su nueva amistad: la Constitución española de 1978.
En presencia de la ausencia: la economía. Por primera vez en muchos días se esbozó anoche un debate económico, con algunos papeles intercambiados. La derecha habla, con distintos matices, de revolución. La izquierda habla, con distintos acentos, de nivelación.
Pablo Casado propone una fuerte rebaja de impuestos como vector de crecimiento. Su lema de arranque: “España ya no va bien”. Promete dos millones de empleos y una revolución fiscal. Albert Rivera también propone una revolución liberal con menos impuestos y contrato laboral único, acentuada en favor de los autónomos: “Quiero ser el presidente del gobierno de los autónomos”. Banderas que ya se exhibieron en los debates del anterior ciclo electoral.
Pedro Sánchez se presentó como el campeón de la igualación social: crecimiento económico y equidad son compatibles.
Cimentar el crecimiento con la economía verde. Pablo Iglesias entró en el estudio uno de Televisión Española con un ejemplar de la Constitución en la mano y se fue a dormir con ella. Iglesias proponía hace cuatro años romper el “candado del 78” en alusión a los pactos de la transición.
El líder de Podemos defiende ahora la causa de la igualación social con el escudo constitucional. Recitó artículos como si fueran versículos. El giro es notable y nos ilustra sobre los movimientos de fondo estos últimos tres años. En presencia de la ausencia: los vientos de la historia han cambiado en el mundo desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y se ha acentuado la crisis de la Unión Europea.
La presencia de la ausencia: la pensiones, ese asunto que tanto preocupa a la gente y sobre el que tanto callan los gobernantes. Rivera también quiere ser presidente de las familias, de “todo tipo”. Casado afirma que la izquierda siempre pone en riesgo el Estado de bienestar. Iglesias recita el artículo 50 de la Constitución que garantiza pensiones suficientes a los españoles y le recuerda al candidato socialista que sin la presión de Podemos el salario mínimo no habría alcanzados los 900 euros mensuales. “Nos costó Dios y ayuda”. Sánchez sigue melodioso: se puede crecer con justicia social. Atención: el líder del PSOE agradece a Unidas Podemos el apoyo recibido. Las alianzas quedan perfectamente dibujadas en ese momento. Minutos después, Rivera no dudará en ofrecer una alianza de gobierno a Casado.
Aspiramos a ponernos de acuerdo con Sánchez para gobernar. Aclare si pactará con Rivera”: PABLO IGLESIAS (Unidas Podemos)
En presencia de la ausencia: Vox. Casado y Rivera evitaron en todo momento referirse al partido ultra, ni directa, ni indirectamente. Presencia clamorosa del ausente, por tanto. Vox preside la escena sin hablar. Sánchez, muy beligerante en algunos momentos ante los candidatos del Partido Popular y Ciudadanos, no duda en señalar que Vox puede ser el vértice de una mayoría de una cruenta mayoría de derechas en España. Idea que fue repetida por Iglesias. Santiago Abascal sólo fue mencionado por Pedro Sánchez.
En presencia de la ausencia: los independentistas. Referencia obsesiva en las intervenciones de Casado y Rivera. El líder de Ciudadanos, bien pertrechado de gráficos y fotografías, llega a colocar en su atril una foto de la entrevista entre Pedro Sánchez y Joaquim Torra en Barcelona el pasado mes de diciembre. Sánchez defiende un diálogo sin concesiones constitucionales. Iglesias, con la Constitución en la mano, recuerda que en España hay nacionalidades y que sobre esta base habrá que dialogar y negociar. El independentismo está muy presente y los independentistas están ausentes del debate.
Echar a Sánchez es una cuestión de emergencia nacional. Quiero un gobierno sin separatistas, hay que desalojar a Sánchez con votos constitucionalistas”
ALBERT RIVERA (Ciudadanos)
En presencia de la ausencia: el indulto a los presos catalanes que están siendo juzgados por el Supremo. Rivera y Casado querían acorralar al líder socialista en este punto y se atropellaron mutuamente. Era imposible romper a Sánchez en este desfiladero: el presidente habrá ensayado esa escena mil y una veces en las últimas semanas. (Oriol Junqueras anunció ayer que no piensa pedir indulto si es condenado).
En presencia de la ausencia: la crisis europea. Ni una palabra. .
En presencia de la ausencia: la peligrosa acumulación de crisis políticas y sociales en el Magreb. Ni una palabra.
En presencia de la ausencia: las nuevas corrientes de tensión internacional, la atmósfera de guerra fría entre Estados Unidos y China. Ni una palabra al respecto.