España. JULIO ANGUITA, líder histórico de Izquierda Unida, muere a los 78 años
Julio Anguita, en la jornada inaugural de la segunda asamblea federal de Izquierda Unida en 1990.
Julio Anguita, ex coordinador federal de Izquierda Unida, ha muerto este sábado a los 78 años en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba . Anguita, que ha fallecido a las 11.00, ingresó allí hace justo una semana tras sufrir un paro cardiaco en su domicilio. Durante estos siete días ha permanecido ingresado en la UCI en estado crítico, una situación que ha empeorado en las últimas horas.
El político cordobés no ha podido superar una parada cardiorespiratoria por la que fue ingresado hace justo una semana
La última vez que se vio públicamente al conocido como el Califa Rojo, por sus resultados electorales arrolladores en la ciudad de la que fue alcalde de 1979 a 1986 y que ahora lo despide, fue hace apenas unos días. En un vídeo publicado el 4 de mayo por el Colectivo Prometeo, del que formaba parte, Anguita hace un llamamiento desde su confinamiento domiciliario en plena pandemia por el coronavirus: “En estos momentos de crispación, hace falta serenidad, reflexión y sopesar razones. De cómo salgamos del hoy, va a ser el mañana”.
Llevaba retirado de la primera fila de la política desde 2000, cuando dejó la dirección de IU después de un segundo infarto. El corazón le había dado ya varios avisos. El primero en plena campaña electoral, cuando se presentaba como candidato a la presidencia del Gobierno en 1993 después de una carrera que lo consolidó como uno de los políticos más respetados a derecha e izquierda. Anguita, con su eterna barba, caía bien a la gente pese a su carácter adusto. De su mano y bajo el lema “Programa, programa, programa”, IU obtuvo su mayor éxito electoral en 1996 con 21 diputados, año en el que José María Aznar ganó por primera vez las elecciones para el Partido Popular.
Maestro de escuela y licenciado en Historia, el político nacido en Fuengirola (Málaga, 1941) volvió a su puesto en un instituto de Córdoba tras pasar el liderazgo de IU a manos de Francisco Frutos. Pero nunca se dejó de hablar de él. Participó en conferencias, eventos públicos y entrevistas hasta el final. Una tarde de 2003, minutos antes de participar en un acto en Getafe (Madrid), recibió el mayor palo de su vida. Su hijo mayor, el periodista Julio Anguita Parrado, había muerto en Irak alcanzado por un misil cuando cubría el conflicto para el diario El Mundo. “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”, condenó el dirigente comunista al enterarse. Ya jubilado, renunció por escrito a la pensión vitalicia a la que tenía derecho por sus años como parlamentario. El líder histórico de Izquierda Unida llevó en sus últimos años una vida tranquila en Córdoba para cuidar de su maltrecho corazón, pero nunca había desaparecido del todo, hasta hoy.
El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Córdoba acogerá la capilla ardiente del exalcalde de la localidad, que debido a las medidas excepcionales por la pandemia, no estará abierta al público. Su familia ha trasladado su agradecimiento por las muestras de cariño manifestadas al conocerse el fallecimiento del político cordobés a través de un comunicado remitido a la agencia Europa Press: “Ante la imposibilidad de dar respuesta personalmente a las innumerables muestras de apoyo recibidas en la última semana, quiere trasladar su más sincero agradecimiento por el cariño mostrado. Toda la fuerza que en estos días habéis enviado a Julio, nos acompaña y reconforta ahora a nosotros. Gracias, de corazón”.Alberto Garzón✔@agarzon
Aún no me lo puedo creer. Sigo llorando y no sé cuándo dejaré de hacerlo. Hemos perdido al más grande. Nuestro amigo, nuestro camarada. Te echaremos tanto de menos. Has sido y serás la inspiración de muchos. Gracias por tu ejemplo. Seguimos tu lucha. Descansa en paz.
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El consistorio cordobés, donde la bandera de la ciudad ya ondea a media asta, ha activado un libro de condolencias virtual para que los ciudadanos puedan compartir sus mensajes de recuerdo al exdirigente. Las reacciones de líderes de todo el espectro político y de las organizaciones sociales se han producido por las redes sociales. La mayoría han coincido en resaltar su legado como referente de la izquierda y su ascendiente sobre las generaciones que le sucedieron. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha referido a él como “un hombre coherente, honesto, siempre crítico, que defendió de manera incansable la igualdad y la justicia social”, en Twitter. El coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, también ha expresado sus condolencias por el fallecimiento del político cordobés a través de un tuit: “Hemos perdido al más grande. Nuestro amigo, nuestro camarada. Te echaremos tanto de menos. Has sido y serás la inspiración de muchos. Gracias por tu ejemplo. Seguimos tu lucha”. El vicepresidente del Gobierno y secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se ha referido a él como “nuestro mejor referente político”, en su cuenta de esa misma plataforma.
La líder de Adelante Andalucía -la confluencia de Podemos e IU en esa comunidad-, Teresa Rodríguez, ha recordado la influencia que el exdirigente cordobés dejó en su vocación pública. “Algunos empezamos a interesarnos por la política escuchándolo siempre valiente, siempre coherente, renunciando a los privilegios de la política y al compadreo con el neoliberalismo en cualquiera de sus facetas”. Toni Valero, coordinador de IU en esta región, también se ha referido a su legado político. “Su impronta marcará para siempre a quienes luchan por la justicia social”, ha señalado en un tuit.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha sido de los primeros dirigentes políticos en expresar sus condolencias por el fallecimiento del político cordobés. “Tenía todos mis respetos y reconocimiento por su aportación a la política en España. Un hombre comprometido con sus ideas y capaz de llegar a acuerdos necesarios a pesar de las discrepancias. Mis condolencias a sus compañeros y a su familia”, ha manifestado el dirigente del PP en un mensaje en Twitter. Su antecesora en el cargo y líder del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha destacado su importancia para “para entender la España contemporánea”.
Unai Sordo, secretario general de CC OO, sindicato con el que Anguita, como coordinador general de IU mantuvo una estrecha relación, se ha referido a él como “un ejemplo de coherencia con sus ideas”. El actual alcalde de Córdoba, el popular José María Bellido, y sus predecesores también han alabado en redes sociales la trayectoria del que fuera el primer regidor de la democracia en esa ciudad.
ANGUITA, por PABLO IGLESIAS
La primera vez que hablé con Julio Anguita fue en algún momento de octubre o noviembre de 1993. Estaba a punto o acababa de cumplir 15 años. Me había afiliado a las juventudes comunistas pocas semanas antes y estaba, con algunos amigos recién inscritos como yo, en la sede central del PCE en la Calle Marqués de Monteguado de Madrid. Juan Francisco Chamorro, uno de nuestros responsables de entonces, nos preguntó si queríamos conocer a Anguita y nos llevó a saludarle. Julio nos dijo unas palabras amables de ánimo. Recuerdo mi emoción al contarle a mis padres que había saludado a Anguita.
La última vez que hablé con él fue el 30 de abril. Me llamó porque le había gustado escucharme decir algunas cosas a la ultraderecha en el Congreso y para explicarme que el Parlamento no bastaba para hacer frente a los golpistas, que era necesario activar a las militancias que Julio veía algo descolocadas ante la agresividad de las derechas.
Han pasado 27 años entre ambas conversaciones y, sin embargo, aquella emoción adolescente al saludar al líder al que admiraba, me ha acompañado todas y cada una de las veces que he hablado con Julio.
Los líderes políticos, cuando dejan formalmente de serlo, conservan en el mejor de los casos cierta auctoritas simbólica subsidiaria de su pasado (hay quien ha comparado este tipo de autoridad con los jarrones chinos). En el peor, se convierten en caricaturas tristes de sí mismos. Julio Anguita era uno de esos extraños casos en los que el peso político (y no sólo la auctoritas) de un líder se acrecienta cuando pierde el cargo.
La biografía política de Anguita es amplia y quien quiera conocerla a fondo debe leer Atraco a la memoria de Juan Andrade, pero Anguita es mucho más que los hechos de su biografía política y que su pensamiento. Anguita es también una personalidad muy especial donde el valor (incluso físico) y la sensibilidad juegan un papel crucial. Capitaneó una nave que se enfrentaba al menos a dos enormes naufragios. El primero era el resultado político de la Transición para el Partido Comunista. Santiago Carrillo había logrado que la heroicidad de la lucha democrática de los comunistas formara parte por derecho propio del ADN de la democracia española recuperada y de la Constitución, pero fracasó electoralmente y dejó a sus herederos un partido extremadamente debilitado en todos los ámbitos.
El segundo gran naufragio llegaba con la caída del Muro de Berlín y el nuevo ecosistema geopolítico e ideológico posterior a Guerra Fría. Muchos excomunistas españoles, del partido y del sindicato, transitaron dócilmente hacia la familia socialdemócrata y asumieron el modelo de construcción europea de Maastricht.
Anguita, en circunstancias muy difíciles y con todos los aparatos felipistas desplegando una ferocidad contra él que no volveríamos a ver hasta el nacimiento de Podemos, llevó a Izquierda Unida a los mejores resultados electorales de toda su historia y ensanchó el espacio cultural de resistencia a una hegemonía neoliberal entonces absoluta. Sus críticas a las debilidades del modelo antisocial de construcción europea fueron ridiculizadas entonces. Tras la crisis de 2008, aquellos vídeos de Julio Anguita hablando de Europa en los noventa se hicieron virales.
Los caprichos del corazón de Julio que hoy se lo llevan, le quitaron de en medio en 2000 y, sin embargo, siguió siendo la referencia más importante para otra izquierda posible. Su defensa de los artículos sociales de la Constitución española y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como ejes para un programa de transformación, así como el Frente Cívico que inspiró, fueron condición de posibilidad del nacimiento de Podemos y de Unidas Podemos.
Pero además de su inteligencia, de su visión y de sus logros, hay algo especial en Anguita que quizá tenga también que ver con ese corazón caprichoso. Anguita tenía eso que hace especiales a algunos líderes y con lo que ninguno podemos compararnos; un alma que le hacía emocionarse escuchando a Carlos Cano o encarar el 23F montando su pistola en el despacho de la alcaldía de Córdoba. En dos palabras: sensibilidad y agallas, sin ellas no se entienden su significado histórico para la izquierda y para España.
Hasta siempre maestro.