Europa gira a la extrema derecha?
“Criad perros y cerdos como mascotas y sacadlos a pasear cerca de sus vecindarios y mezquitas”. Estas son las palabras de Tomio Okamura, el líder del partido xenófobo y de extrema derecha SPD durante la campaña electoral para las elecciones en la República Checa. En los comicios celebrados el pasado 20 de octubre, el partido Libertad y Democracia Directa -SPD por sus siglas en checo- consiguió entrar en el parlamento y ocupar 22 escaños de los 150 de los que disponen.
Foto montaje con los líderes de los partidos de extrema derecha en Europa: Geert Wilders (Países Bajos), Frauke Petry (Alemania), Marine Le Pen (Francia) y Heinz-Christian Strache (Austria).
El caso de la República Checa no es singular. Es la última cita electoral de este 2017, un año abarrotado de comicios en el que 10 países europeos han celebrado elecciones generales. Y en la mitad de ellos, los partidos de extrema derecha han conseguido aumentar su presencia en los hemiciclos. Alemania, Francia, Austria, Holanda y República Checa: la columna vertebral de Europa, que agrupa al 25% de la población del continente.
La clave del éxito ha sido centrar el debate en la política migratoria y en el desencanto hacía el proyecto de la Unión Europea.
En el corazón de Europa, en Alemania, la extrema derecha ha conseguido irrumpir en el Bundestag por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Una entrada triunfal en la que el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) consiguió 92 escaños de un total de 709. El mérito se lo llevó su líder Frauke Petry gracias a un discurso xenófobo con el que puso en el punto de mira a la política migratoria de Merkel y animó a usar “ armas de fuego contra los refugiados que cruzan ilegalmente desde Austria”.
En Austria, en cambio, el partido ultraderechista Libertad de Austria (FPÖ) hace tiempo que logró entrar en el Consejo Nacional. Ya en el año 1999 consiguió no sólo ser la segunda fuerza en el hemiciclo con un total de 52 escaños sino que, además, se convirtió en una pieza clave para la formación de gobierno. Las alarmas de la Unión Europea saltaron. Y no era para menos: el FPÖ fue fundado en el año 1956 y su primer líder, Anton Reinthaller, había sido ministro nazi de agricultura y oficial de las SS.
Este año la formación ha conseguido revalidar prácticamente la misma cifra al pasar de 40 a 51 escaños en los comicios celebrados el 15 de octubre.
Donde también viven desde hace tiempo la amenaza de la ultraderechaes en los Países Bajos. Además, este año las encuestas daban como ganadador al líder islamófobo y antieuropeísta Geert Wilders, que encabeza la formación ultraderechista Partido de la Libertad (PVV) desde 2004. La votación celebrada en mayo dio la victoria al partido liberal y frenó a Wilders, que se tuvo que conformar con ser la segunda fuerza más votada con un total de 20 diputados.
Un proceso parecido al de Francia, donde el Frente Nacional, el partido liderado Marine Le Pen, avanza muy lentamente, derrota tras derrota. A pesar de que en la primera vuelta de las elecciones Le Pen consiguió el 13% de los votos, durante la segunda vuelta este porcentaje se redujo al 8% y alcanzó 8 de los 577 asientos que conforman la Asamblea Nacional francesa.