FÚTBOL IBÉRICO. BARÇA, 2 – SEVILLA 1 . Messi ccompletó 600 partidos oficiales en Barcelona
En la historia del Barça hay futbolistas a los que se le recuerda por una noche mágica. Pichi tiene al Goteborg. Koeman siempre será sinónimo de Wembley. Belletti es París. De momento, y a falta de lides de más entidad, Paco Alcácer ya tiene la suya. Fue la de la visita del Sevilla al Camp Nou, saldada con un triunfo fundamental gracias a los dos goles del delantero, que además afianzan a su equipo en el liderato en una noche en la que el valenciano acertó a abrir el paraguas.
Se le achaca al equipo de Valverde la falta de lustre en su juego, pero nadie le puede negar al técnico su capacidad para buscar alternativas ante cada reto que se plantea. El suyo es un proyecto en construcción, en el que sigue buscando una identidad propia, siempre respetando la que lleva acompañando al Barça desde hace casi 30 años. Los resultados avalan su trabajo y le garantizan tiempo para seguir en esa búsqueda.
El cambio de dibujo de Valverde desarticuló al Sevilla al inicio
El historial de Berizzo tenía en alerta al Camp Nou. Los equipos del técnico argentino siempre le han sabido plantear dificultades al Barça con un planteamiento siempre parecido, con un marcaje hombre a hombre en todo el campo. Bien lo sabía Valverde, al que no le tiembla el pulso para alterar el dibujo en función del rival. La visita del Sevilla le supuso una nueva medalla en el pecho al extremeño.
Estudiado en profundidad al rival, el técnico del Barça sorprendió de inicio situando a Alcácer en lo que ya es su once de gala, siempre con la incógnita del tercer atacante. Movimiento inteligente el suyo, jugando con rombo en el centro del campo con Messi como punta ofensiva y con dos delanteros, el valenciano y Luis Suárez, dejando las bandas para los laterales. Un dibujo que volvió loco al Sevilla, incapaz de reaccionar en la primera media hora. Se quedaban siempre tres defensas sevillistas fijos atrás, pero Corchia se veía obligado a salir a presionar a Iniesta, el ‘séptimo hombre’ que tan bien identificó Àlex Delmàs en la previa, generando muchos espacios que el Barça supo aprovechar a pesar de su falta de acierto en los metros finales.
En los primeros 25 minutos de choque, los seis hombres ofensivos del conjunto azulgrana, los tres centrocampistas y los tres delanteros, ya habían probado a Soria. Llegaba bien el Barça al área sevillista, pero no encontraba el abrelatas. Timido el Sevilla, apenas se asomaba a Ter Stegen. Un fallo de Umtiti, el primero que se le recuerda desde su aterrizaje en Barcelona, permitión a Muriel inquietar al alemán, que sigue ganando enteros como uno de los grandes porteros que jamás ha pisado el Camp Nou.
Al buen juego del Barça le acompañaba la incesante lluvia que empapó el sábado por la tarde la Ciudad Condal. Rayos y truenos recibieron a la escasa afición que se atrevió a acercar al estadio, una metáfora de lo que está sucediendo en Catalunya y que también describía el Capitán Haddock con sus improperios. Reivindicó una parte del Camp Nou los encarcelamientos de los miembros del exGovern catalán con diversas iniciativas. Difícil imaginar lo que podría ser el estadio azulgrana con toda esa energía canalizada hacia el fútbol del Barça. Convertiría La Bombonera en un juego de niños.
Suárez pide a gritos un descanso
El buen ejercicio que estaba desplegando el Barça acabó teniendo premio en el marcador. Un gran pase de Suárez no lo supo controlar Escudero, demasiado blando al corte, y lo recibió Alcácer que batió a Soria con la facilidad de un gran depredador del gol. Le salía bien la jugada a Valverde ante un Sevilla que empezaba justo a entonces a encontrar su sitio sobre el terreno de juego tras el galimatías inicial que había provocado el dibujo azulgrana.
Excelente la actitud del Barça tras cada pérdida, persiguiendo al rival y presionando hasta recuperarla. Le costaba demasiado a todo un Sevilla cruzar la línea de medios con el balón controlado. Muy participativo se mostró Suárez tanto en la creación como en la recuperación, aunque dejó patente que el descanso de las dos próximas semanas le va a sentar tan bien como un Aquarius a un maratoniano.
Creciente Semedo y agigantado Piqué en defensa, siempre abierto a alguna excursión en ataque, impedían las llegadas sevillistas. Apenas un cabezazo de Pizarro antes del descanso fue el único disparo entre los tres palos del equipo de Berizzo que, a pesar de todo, seguía con sus opciones casi intactas ante la exigua diferencia que reflejaba el marcador.
Tanto fue así que tardó menos de un cuarto de hora tras la reanudación en igualar el marcador. Un escenario que se podía intuir, falto de atención el Barça en algunas jugadas. De nuevo la cabeza de Pizarro, aunque esta vez el argentino acertó en un córner a batir a Ter Stegen con un remate de esos maravillosos para poner en las escuelas de fútbol.
Superada la sorpresa inicial, el Sevilla mostró sus garras
Había perdido el factor sorpresa del inicio del choque el Barça y el Sevilla empezaba a imponer sus señas de identidad en el Camp Nou, eléctrico en ataque y muy intenso en la presión. Crecían los de Berizzo y se olvidaron por un momento del retrovisor, mirando sólo hacia Ter Stegen. Así recibió Messi, la puso en profundidad a Rakitic, estirando el campo por la derecha y Alcácer remataba al primer palo como más le gusta.
Recuperaba el mando en el marcador el conjunto azulgrana gracias al olfato del delantero valenciano, que completó su mejor partido en casi año y medio en el club. Otra medalla que se puede colgar en el pecho Valverde, capaz de ensanchar una plantilla demasiado vilipendiada. Allí y aquí
.
La sonrisa de Alcácer la compartía Messi, que parecía pasárselo en grande sobre el césped ante su víctima favorita a pesar de la tensión que se reflejaba en el luminoso. El argentino provocaba pesadillas en la defensa hispalense con sus diagonales, activa como nunca la Pulga, con ganas de celebrar con un gol sus 600 partidos como azulgrana. Celebración que se empeñó en negar Soria, siempre atento.
Cesó la lluvia a medida que se acercaba el final del choque y también bajó la intensidad en el juego. Sólo hubo tiempo para que González González completar un nuevo show, amonestando a Messi y no señalando dos penaltis claros a favor de los azulgranas, empeñado el castellano-leonés en hacer bueno a Guruceta. Asegurado el triunfo, el Barça afronta el parón internacional como líder solvente, a la espera de los difíciles envites que le aguardan en las próximas semanas. Eso sí, nadie le quitará que este sábado duerma a once puntos del Real Madrid, el vigente campeón. No se intuye una mejor reivindicación.