“Humanitarios y sencillos”, así son los médicos cubanos en Uruguay

La retirada de Cuba del programa ‘Más médicos’ de Brasil ha dado mucho de qué hablar sobre la situación de los galenos de la Isla en las distintas misiones por Latinoamérica.

Sin previo aviso la agencia rusa Sputnik llegó al Hospital de Ojos “José Martí” en Uruguay, donde radican los médicos cubanos, para constatar de primera mano esta realidad.En Uruguay la brigada médica cubana se centra en la Operación Milagro, una misión humanitaria creada por Fidel Castro y Hugo Chávez en julio 2004, con el objetivo de operar a 10 millones de pacientes de Latinoamérica y otras partes del mundo.
En diálogo con Sputnik, Roberto Castellón, jefe de la brigada cubana, contó cómo en 2005 cuatro médicos viajaron desde Cuba para realizar pesquisas en todo Uruguay y conocer la situación de falta de visión de los uruguayos.
Fue en 2007 cuando se funda el Hospital de Ojos José Martí, donde actualmente trabajan 22 colaboradores y por donde han rotado unos 155 personas, entre ellos más de 80 médicos especialistas en oftalmología.
Desde entonces, cada año los oftalmólogos cubanos realizan en Uruguay más de 4.500 operaciones de ojos entre cataratas y pterigón, dos de las enfermedades que provocan mayor ceguera en pacientes de la tercera edad.
El hospital José Martí está enclavado dentro del Centro hospitalario Gustavo Saint-Bois, y fue en sus inicios una vanguardia dentro de la salud ocular de Uruguay que contaba con el mejor instrumental quirúrgico del momento.
En estos 11 años de funcionamiento el Hospital de Ojos José Martí se ha transformado en un centro de referencia nacional, “y ya comprende un área docente que forma oftalmólogos uruguayos, donde los especialistas cubanos apoyan en el asesoramiento práctico”, explicó Castellón.

“Este hospital se fundó con recursos provenientes de Cuba con colaboración directa del Gobierno venezolano, pero la voluntad política que tuvo entonces el Gobierno uruguayo hizo posible el milagro de la operación de ojos en este país para operar a personas de bajos recursos. Esto tuvo un impacto directo en la población, además de que es una atención gratuita”, destacó el funcionario.
Según contó Castellón, cuando los médicos cubanos llegan a Uruguay no se hace difícil la adaptación. “Uruguay es un país de gente extremadamente hospitalaria, y nosotros tenemos el objetivo de ayudar a esta población”, expresó.
“Las condiciones de vida son las mejores posibles, vivimos en una residencia dentro del hospital y no tenemos carencias de ningún tipo, todo lo básico está garantizado. Tenemos también mucho personal agradecido de nuestro trabajo y hemos tenido muy buena aceptación por todas las corrientes políticas del país”, sostuvo el funcionario.
A juicio de Castellón “cuando un médico sale de Cuba, es consciente de cuánto son los beneficios que está aportando al país y los que tendrá para sí mismo, así cómo serán sus condiciones de trabajo para el periodo de una misión. Sólo si él está de acuerdo se hace la contratación, o sea que en ningún momento los médicos cubanos son engañados”, puntualizó.
En la actualidad, el hospital José Martí recibe derivaciones de uruguayos que pertenecen tanto al sistema de salud público como al privado. “Para nosotros todos son pacientes uruguayos independientemente de la condición y de la corriente política de cada cual, nuestra función es ofrecerle un servicio para mejorar su visión”, subrayó el directivo.
Además, Cuba tiene en Uruguay un segunda misión dedicada a la ortoprótesis, que comprende desde la confección de prótesis hasta zapatos y plantillas ortopédicas.
La misión médica cubana en Uruguay es una de las más completas: además de los representantes de salud cuenta con cocineros, un chofer y una económica, que es quien controla los recursos donados por el Gobierno cubano.
Hasta el 2013 la Isla donó los principales equipamientos, de donde provino también toda la logística. En la actualidad el financiamiento del hospital proviene de los servicios de salud uruguayos y de algunas organizaciones que hacen sus donaciones.
“Donde quiera que esté un médico cubano va a tener sencillez y un carácter humanitario, por nuestra formación”, aclaró Castellón.
Sobre la situación de sus colegas en Brasil, el funcionario cubano dijo que era muy lamentable que la misión no pudiera continuar porque es tan beneficiosa para Cuba como para los brasileños.
“Desgraciadamente Bolsonaro tiene una aptitud inaceptable que lacera los principios a los cuales respondemos. En realidad, una parte importante de los beneficios económicos que obtenía el Gobierno cubano de este programa eran para cubrir las carencias de una serie de recursos elementales producto también del bloqueo de Estados Unidos”, explicó Castellón.
“El impacto que tiene el divorcio en este tipo de contratos es principalmente sobre la población de la Amazonía brasileña, que ahora queda desprovista de una atención que tuvo segura en los últimos cinco años”, concluyó el directivo.