Jair Bolsonaro asumió como presidente y comienza el gobierno de la ultraderecha en Brasil

Nostálgico de la dictadura militar, misógino, racista y homófobico, dijo en su discurso que una de sus prioridades es “abrir los mercados”.

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro llamó a “liberar a Brasil de la corrupción, la criminalidad y la sumisión ideológica” al cumplir dos de las cuatro etapas de la ceremonia de asunción. La primera fue la Catedral de Brasilia, donde llegó para asistir a una ceremonia ecuménica. El segundo momento ocurrió en el Congreso brasileño, donde recibió el diploma que lo consagró como jefe de Estado. Esto ocurrió en el recinto de Diputados, donde pronunció el discurso principal.

Jair Bolsonaro jura en el Congreso./ AFP

Jair Bolsonaro jura en el Congreso./

Allí dijo que volvía “con humildad” al Parlamento “donde por 28 años serví a la nación brasileña. Ya no vengo como diputado sino como presidente por mandato de la población”. Le agradeció “a Dios” haber preservado su vida y dijo: “Aprovecho este momento para convocar a todos los congresistas a libertar nuestro país de la corrupción”. Bolsonaro se comprometió a “valorizar la familia, la tradición judeo-cristiana” y “poner fin a la ideología de género”. Añadió que “cuando los enemigos de la patria quisieron quitarme la vida, los brasileños fueron a las calles y nos trajeron hasta aquí”.

Prometió observar “las garantías fundamentales de nuestra Constitución. Y a empeñarnos en orden y progreso, que significa el derecho a la legítima defensa y honrar a los que cuidan nuestras vidas”. Insistió que su gabinete “es un equipo técnico sin tendencia política” para indicar que es en esa tendencia que “se generó un Estado corrupto”.

El esquema de seguridad es tan estricto y tan pesado que influyó para que el público desistiera de ir a la toma del poder. Los partidarios y curiosos no superan los 20.000, por culpa del plan que pusieron en marcha las fuerzas de seguridad.

Entre la catedral metropolitana y el Parlamento, se desplazó con su mujer Michelle en un Rolle Royce, regalado por la reina de Inglaterra, y que usaron hasta ahora todos los presidentes de la democracia. Es un vehículo descubierto y, por esa razón, en un primer momento se evaluó no utilizarlo por cuestiones de seguridad. Pero finalmente predominó la “costumbre” del ceremonial. También juró el vicepresidente Hamilton Mourao.

Fueron convidados los futuros jefes de las tres Fuerzas Armadas, que sentaron, los miembros de la Corte Suprema y a los ex presidentes Fernando Collor de Mello y José Sarney.

“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución brasileña” y “observar las leyes, por el bien del pueblo brasileño”, declaró el ahora gobernante, quien fue seguido por el nuevo vicepresidente.

A la ceremonia, que se realizó en el hemiciclo del Senado, asistieron los presidentes de de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Martín Vizcarra; y Uruguay, Tabaré Vázquez.

Acompañado por su esposa Michelle y escoltado por una guardia montada, el excapitán del ejército, de 63 años, llegó al Congreso, aclamado por una multitud que pudio acceder al lugar en medio de estrictas medidas de seguridad.

Antes de iniciar la procesión, Bolsonaro ratificó su promesa de “cambiar el destino de Brasil”, en un video colgado en Twitter.

“Pretendemos, sí, cambiar el destino de Brasil, pero para eso necesitamos seguir teniendo su imprescindible apoyo”, afirmó.

Agradeció además “a Dios por estar vivo”, en referencia a la puñalada que recibió en septiembre durante un mitin de campaña.

El exparacaidista, nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) y con un historial de exabruptos misóginos, racistas y homófobos, asume las riendas de la mayor potencia latinoamericana, de 209 millones de habitantes.

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