Falleció JAVIER GIRALDO NEIRA, culto y formado comentarista deportivo colombiano
Durante su vida periodística estuvo vinculado a Caracol-Radio, Todelar, RCN-Radio, Antena 2, Radio Deportes, La Cariñosa, Radio Luz, diario La Patria y fue creador de la publicación Nuevo Estadio.
Javier Giraldo Neira, periodista y comentarista deportivo, falleció este jueves tras perder la batalla contra una encefalopatía hepática, que afectó su función cerebral tras un problema de su hígado en relación con las toxinas de la sangre.
Hace dos semanas se encontraba bajo supervisión médica, producto de afecciones a la salud, que también lo habían marginado poco a poco de la actividad profesional como comentarista deportivo, retirándose para descansar en su finca ubicada en Caldas.
El profesional de los medios fue internado en un centro asistencia de Caldas luego de manifestar mucho dolor en la zona abdominal, por lo que los médicos debieron hacer algunos exámenes para asegurarse.
Neira se posicionó como una de las principales figuras del periodismo deportivo colombiano, donde sus 59 años de experiencia le respaldaron hasta su último aliento gracias a su vocabulario fino y al buen uso de adjetivos.
Nacido el 21 de febrero de 1940 en Manizales, fue escuela de periodismo en disciplinas como fútbol, baloncesto y ciclismo, dando un vuelco de los escenarios a las cabinas de radio, donde fue destacado en la cobertura de Juegos Olímpicos, eliminatorias y mundiales de fútbol.
“Empecé mi carrera a nivel nacional a los 17 años de edad junto a Carlos Arturo Rueda, considerado el narrador deportivo más polifacético e importante que ha tenido nuestro país”, declaró en el 2012, tras su comentada salida de Caracol Radio.
Pese a ser abogado de profesión, Neira nunca ejerció como tal, y en un acto de rebeldía se fue de su casa por su predilección por el micrófono en contra de la voluntad de su padre.
Giraldo Neira, dejó los micrófonos en abril de 2016, tras comentar su último partido en el estadio Palogrande de Manizales, cuando en la Liga Águila del primer semestre, Millonarios venció a su querido ‘Blanco Blanco’ con gol de Michael Rangel sobre la hora. Estuvo acompañado de Wilmar Torres, Jorge William Sánchez y el relator Héctor Fabio Valencia.
El periodismo deportivo colombiano hoy despide al que es considerado como uno de los padres putativos de varios comentaristas de renombre nacional como: César Augusto Londoño, Esteban Jaramillo, Mario César Otálvaro, Iván Mejía, Javier Hernández Bonnet, Germán Mejía Gallo y Ricardo Orrego entre otros.
CARLOS ARTURO RUEDA C: “Era la estrella de la sintonía”, recuerda el periodista sobre el albor de su programa, gracias al que llamó la atención de don Bernardo Tobón de la Roche, dueño de Todelar, quien decidió que el novel periodista acompañaría a la gran figura de la época, Carlos Arturo Rueda, ídolo personal de Giraldo Neira, para comentar la Vuelta a Colombia.
Tal era la admiración que sentía por Rueda que cuando éste estuvo en Manizales en una de las etapas de la Vuelta Giraldo Neira se ganó un ‘bolillazo’ de un policía tratando de conseguir un autógrafo. Pero el sueño de compartir con su nuevo ídolo no empezó de la mejor manera, a pesar de la generosa presentación.
En esta Vuelta nos acompañará una nueva voz, la palabra hecha poesía, la revelación del comentario
“En esta Vuelta nos acompañará una nueva voz, la palabra hecha poesía, la revelación del comentario, la juventud con un nuevo vocabulario en el deporte, Javier Giraldo Neira”, les dijo Rueda a sus oyentes.
“Yo oí eso y se me puso la piel de gallina. Me enmudecí, se me escondieron las palabras. Tanto así que don Bernardo me llamó a preguntarme qué me pasaba”, comenta.
Esa noche, después del desafortunado debut, Rueda decidió que su compañero de habitación en el hotel de pasó sería Giraldo Neira, una decisión que volvió a sonrojar al debutante.
“Por dentro decía ‘Mi diosito, que mi papá sepa que estoy nada menos que con Carlos Arturo Rueda en la misma habitación’… Pero cuando el salió a colgar su ropa interior yo veo que estaba totalmente dañada y ahí mismo dije: ‘Este señor no es ni dios ni nada, es un humano como todos’. La influencia de esos calzoncillos en mi vida radial fue fundamental. Tanto así que al otro día boté el susto, recuperé mi voz y don Bernardo me llamó y me dijo: ‘Ese sí es Javier Giraldo’”, bromea.
La prensa, otra faceta
Giraldo Neira ya se había ganado un lugar en el periodismo, pero había una persona de su familia que no estaba a gusto con su destino: su padre –quien paradójicamente era el gerente del diario local, La Patria– renegaba de que su hijo se la pasara hablando de deportes.
“Todos los días me pedía que dejará de perder el tiempo con esos ‘piernipeludos’ y que me dedicara a estudiar derecho”, recuerda.
Las presiones de Giraldo hicieron efecto y su hijo decidió estudiar derecho, pero no desechó el periodismo y su creciente éxito llegó a los oídos del dueño de La Patria, don José Restrepo Restrepo, quien decidió ofrecerle el puesto de editor de deportes. Después de acordar el nombramiento solo faltaba definir las cifras, lo que Giraldo Neira debió negociar con el gerente del diario, su padre.
El flamante editor llegó con suficiencia a la oficina de la gerencia. “Lo saluda el nuevo editor de deportes de La Patria, me nombró el dueño del periódico, el patrón suyo. Yo con usted no tengo que hablar sino del sueldo”, le disparó a su padre, quien respondió reafirmando su oposición a la carrera periodística de su hijo:
-Mientras yo sea gerente usted nunca ganará más del salario mínimo.
-‘No importa, donde hay que firmar, replicó el nuevo editor, que, a pesar del bajo salario, valora como exitoso ese paso por el periodismo impreso.
“Yo cogí esa sección deportiva y le di un revolcón, hacía tres páginas al día y ahí fue cuando, todos los lunes, empecé a hacer un suplemento de donde salió la idea más adelante de hacer el semanario ‘Nuevo Estadio’”, asegura.
En esa etapa Giraldo Neira también se convirtió en una especie de tutor de una camada de reconocidos periodistas deportivos, como Iván Mejía, Javier Hernández Bonnet, César Augusto Londoño, Esteban Jaramillo, Mario César Otálvaro y Ricardo Orrego, entre otros.
Dos momentos cumbres
De toda su carrera, en la que comentó las Copas Libertadores que ganó el Atlético Nacional en 1989 y el Once Caldas en el 2004, el imborrable 0-5 de Colombia a Argentina en 1993 y el triunfo de Lucho Herrera en la Vuelta a España en 1987, el manizaleño destaca como el momento más delicado los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, cuando narró el ataque del grupo terrorista Septiembre Negro al equipo israelí.
“La sede de radio quedaba vecina a la concentración israelita. Pedí que me tiraran un cable largo y me me metí en una especie de matorral para transmitir lo que pudiera pasar… Con la voz trémula y angustiada decía: ‘Ahí llegó la policía… Lo que ustedes escuchan es que le han quitado el seguro a las armas. Puede haber un asalto, estamos en una zona de riesgo’. Fue una cosa dramática y para mí es lo más importante que he hecho en mi vida como periodista”.
También es famosa la serie de crónicas que le dedicó a los integrantes del Estudiantes de la Plata multicampeón de finales de los 60, entre los que estaban Carlos Salvador Bilardo, Osvaldo Zubeldía, Juan Ramón Verón y Carlos Pachame. A Zubeldía lo conoció, asegura, porque el argentino le pedía datos de las carreras de caballos. “Yo vivía muy informado, sabía cuál era el caballo más rápido según la pista. Entonces ahí hice mucha amistad con Zubeldía”, recuerda.
El grupo de jugadores se reunió con Giraldo Neira en su finca, La Palmera, para discutir los partidos del mundial de España 1982.
“Después de cada partido hacíamos una rueda de charlas sobre los partidos que veíamos. Aprendí demasiado con esa gente de Estudiantes y tuve la oportunidad de que me contaran todas sus ‘fechorías’, porque ellos fueron muy sucios en la actividad futbolística… Confesaron un montón de cosas, por ejemplo cargaban alfileres pa chuzarle las nalgas al contrario en los tiros de esquina”.
Fue una entrega memorable para Giraldo Neira, quien lamenta no haberla presentado para participar en algún concurso periodístico.
Más allá de los premios y reconocimientos, el periodista ha tenido un lugar privilegiado para observar y analizar los fracasos y los éxitos del deporte colombiano. Una actividad a la que le endosa cierta inestabilidad: “Los más grandes triunfadores del deporte colombiano son personas de una vida personal extraordinaria… Pero nuestros deportistas han sido demasiado ‘buenavida’, a mí me ha tocado vivir eso en el Once Caldas, con excelentes jugadores pero irresponsables dedicados la buena vida. Los jugadores de fútbol colombiano que van triunfando son personas de un correcto comportamiento personal”.