Kelimutu, el volcán mágico de los lagos de colores

Un lugar sagrado y fascinante en la isla de las Flores de Indonesia

Kelimutu, el volcán mágico de los lagos de colores

Dos de los cráteres de Kelimutu, Isla de las Flores, Indonesia

Indonesia forma parte del cinturón de fuego del Pacífico, un área de gran actividad sísmica y volcánica. El archipiélago tiene alrededor de 400 volcanes de los 127 están activos, y son casi un tercio de todos los volcanes activos del mundo. De entre todos ellos hay uno en concreto que destaca, no por su peligrosidad, sino por su belleza, se llama Kelimutu y se encuentra cerca de la pequeña localidad de Moni en el centro de la isla de Flores, uno de los lugares más bonitos y menos conocidos del país asiático.

La montaña tiene tres cráteres con lagos que se encuentran a una altura de 1.640 metros y se distinguen por el color de sus aguas, a pesar de que los tres están situados sobre la misma cadena montañosa, el color no es el mismo para cada uno de ellos, además, varía periódicamente de rojo a marrón, y también puede ser de color azul turquesa a verde.

Kelimutu en 2007, Indonesia

Los cambios de color se deben a la actividad geológica de vapores y gases a que emergen de su interior a altas temperaturas causando reacciones químicas que modifican la oxidación de elementos presentes en el agua, como azufre, bario, cobre y arsénico y liberan otros, produciendo los cambios de color independientemente el uno del otro, ya que cada uno tiene su propia actividad subyacente.

El refugio de las almas de los muertos

Para los habitantes de la isla el volcán es un lugar sagrado, ya que cuando alguien muere su espíritu se sumerge en alguno de los tres lagos según su carácter y edad.

Kelimutu desde el aire, en isla de las Flores, Indonesia

El lago occidental, Tiwi Ata Mbupu es el lago de las personas mayores y los padres, y normalmente es de color oscuro; el Tiwu Nua Muri Koo Fai es el lado de los jóvenes, de color azul claro; y el Tiwu Ata Polo es el lago encantado para los que han cometido delitos en su vida. Es el que más cambia de color y en ocasiones pasa del rojo al turquesa.

Aunque siempre es una sorpresa, nunca se sabe qué tonalidad van a tener, ya que varía periódicamente.

Kelimutu

Sin duda, la visita al Kelimutu tiene todavía mayor encanto al amanecer. Desde el pico del volcán, llamado monte Kelibara se ve un precioso amanecer. Para ello hay que hacer noche en Moni, la pequeña aldea ubicada muy cerca del volcán.

Sus habitantes son gente sencilla que se dedica a cultiva arroz donde el tiempo se ha quedado congelado en el pasado. No hay nada más que hacer que pasear, observar cómo viven y realizar la excursión al volcán y sus lagos.

Desde 1992 los volcanes y su entorno fueron declarados parque nacional.

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