La izquierda italiana frena al utraderechista Salvini, en Emilia-Romaña fortaleciendo al Gobierno
El candidato del PD, Stefano Bonaccini, se impone por casi ocho puntos a la de la Liga, Lucia Borgonzoni
Emilia-Romaña seguirá siendo rossa . Después de setenta años en el poder, la izquierda italiana conservará su joya de su corona, una de las regiones más ricas de Italia y cuyo modelo ha servido de laboratorio político para el resto del país. El candidato del Partido Demócrata (PD), Stefano Bonaccini, continuará siendo presidente de la región después de haberse impuesto con el 51,4% de los votos a la candidata de la Liga, Lucia Borgonzoni, que se frena en el 43,7% de los sufragios.
Estos resultados representan un golpe durísimo para Matteo Salvini, que había planteado estos comicios como un verdadero plebiscito sobre el Gobierno nacional. El líder de la Liga había repetido que una victoria de su formación en el territorio más hostil para ellos en el norte de Italia sería un mensaje clarísimo al Ejecutivo de Giuseppe Conte, que no tendría más remedio que dimitir. Con la derrota de su candidata ya no podrá utilizar este discurso para intentar hacer caer el Gobierno y forzar unas elecciones anticipadas en Italia.
El líder ultraderechista había planteado las elecciones como un plebiscito sobre el Gobierno nacional, pero ahora ya no podrá intentar utilizar el resultado para regresar al poder
Cabizbajo, ha aparecido en rueda de prensa esta madrugada para valorar los resultados. “Para mí es emocionante que después de setenta años haya habido partido en Emilia-Romaña. Desde que existen las elecciones no había habido nunca un comentario electoral que durase más de tres minutos porque el partido estaba acabado antes de empezar”, dijo Salvini antes de que se terminase el escrutinio.
El vencedor en Emilia-Romaña es el PD, que ha ganado una larga batalla tras haber sufrido hasta el último minuto. Las encuestas pronosticaban un resultado muy igualado con la ultraderecha, pero finalmente el presidente de la región ha hecho valer su buena gestión –Emilia-Romaña es la zona con menos paro de Italia–, para la alegría del líder del partido, Nicola Zingaretti. “Desde Emilia-Romaña ha llegado un señal: Salvini sabe contar los problemas pero no los sabe resolver y el pueblo ha reaccionado. Salvini ha perdido y el Gobierno sale reforzado”, celebró el también presidente de la región del Lazio.
Otra de las noticias fue la alta participación, del 67% –en las anteriores del 2014 había sido del 37%–. Esto puede deberse a la aparición del movimiento de las Sardinas , que podrían haber logrado el movilizar el voto izquierdista contra la ultraderecha. “Muchas gracias a las Sardinas”, reconoció Zingaretti hablando con la prensa. Ahora el PD intentará utilizar este empuje para refundarse después de muchas divisiones internas e intentar empezar de nuevo para recuperar fuerza en el resto de Italia.
El PD agradece públicamente a las Sardinas por haber movilizado el voto izquierdista
El Gobierno de Conte ahora podrá respirar tranquilo durante un tiempo. El premier había insistido en que estas elecciones regionales no tendrían impacto en el Ejecutivo, como decía Salvini, porque “pensar que alguien se pueda venir abajo porque una cita electoral no satisfaga sus expectativas es completamente equivocado, no funciona así”.
Los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5E) sufren un descalabro electoral. Después de ver como su jefe político, Luigi Di Maio, dimitía la semana pasada para contener la dura crisis interna que sufren durante meses con fugas de parlamentarios, ahora los grillini confirman que cada vez tienen menos espacio en la narrativa política italiana. En Emilia-Romaña han prácticamente desaparecido y su candidato sólo ha llegado al 3,5% de los sufragios.
Este domingo también se celebraban elecciones en Calabria, pero allí la victoria de la candidata del bloque de derechas, Jole Santelli, se daba por descontada. La elegida por Silvio Berlusconi ha ganado con un 55,8% de los votos frente a Filippo Callipo, del bloque de centroizquierda, que se ha frenado en el 30,3% de los votos. La participación, sin embargo, ha sido sólo del 44%, lo que señala el poco interés de los calabreses por la política en una de las regiones más pobres del remoto y olvidado sur de Italia.