Las lecciones que deja el Frente Amplio uruguayo

El Frente Amplio uruguayo es una agrupación de izquierda que aglutina a una veintena de partidos de esa extracción y gobernó Uruguay desde el 2005 hasta la actualidad.

Ganó tres elecciones consecutivas, por eso estuvo casi quince años en el poder, y ahora le tocó perder muy ajustadamente. Tanto que en segunda vuelta se declaró un empate técnico y las autoridades electorales tuvieron que tomarse unos días para declarar al ganador.

Más allá de que los uruguayos optaron por una alternancia en el poder, este Frente de izquierda de Uruguay deja contundentes lecciones a los países de la región.

Argentina

La lección para Argentina es que ser de izquierda no significa ser macroeconómicamente populista. Cuando el Frente Amplio llegó al poder, Uruguay tenía un alto nivel de deuda y estaba «reperfilada», igual que ahora en Argentina. Lejos de bravuconear y cuestionarla, durante diez años generaron superávits primarios para repagarla. El ordenamiento fiscal que supieron guardar, facilitó el ordenamiento monetario que les permitió gobernar con baja inflación.

Respetaron la propiedad privada, fomentaron la llegada de capitales extranjeros e implementaron experiencias de articulación público-privada para mejorar la gestión del Estado. El resultado fue que no pararon de crecer. Largaron en el 2005 con un ingreso per cápita en dólares similar a la Argentina (US$ 5.000) y hoy Uruguay tiene un ingreso per cápita de US$ 16.300 cuando el de Argentina es de apenas US$ 8.700.

Semejante crecimiento con inflación controlada hizo que la pobreza durante el Gobierno del Frente Amplio pasara de 32% al 8% de la población. En Argentina, es de 35,4% y está en aumento.

Estos logros económicos y sociales se obtuvieron sin declinar ninguna bandera. A diferencia de Argentina, Uruguay incorporó nuevas libertades -como la legalización del aborto y el consumo de drogas blandas con fines recreacionales- sin generar confrontaciones ni resentimientos.

Chile

La lección a Chile es que se puede crecer con mayor redistribución del ingreso. Uruguay ya era, cuando asumió el Frente Amplio, el país con menor desigualdad. Su Coeficiente de Gini, que mide desigualdad social, era el menor de Latinoamérica y sigue siéndolo y su ingreso per cápita creció desde US$ 5.000, en el 2005, cuando el ingreso per cápita de Chile era de US$ 7.500, a US$ 16.300 que es hoy, cuando el de Chile es de US$ 15.000. La lección es que instrumentar mecanismos de redistribución de ingresos no necesariamente resiente la capacidad de crecimiento.

Bolivia

A Bolivia tiene para enseñarle que cuando un partido de izquierda, de los trabajadores, de los marginados y postergados, pierde las elecciones, no es porque hubo una conspiración del imperialismo, del neoliberalismo o de los sectores de poder. Es simplemente porque el electorado eligió un cambio. Y por más mínima que sea la diferencia de votos, los resultados que determinan las autoridades electorales se respetan, sin violencia, muertes ni auto-destierros.

La izquierda uruguaya le enseña a Bolivia que la paz no tiene ideología.

Brasil

A Brasil tiene para enseñarle que ser de izquierda o derecha son diferentes visiones de los mismos problemas y no necesariamente tiene que llevar al desencuentro. Las transiciones desde la izquierda a la derecha y viceversa pueden hacerse sin generar crisis políticas. Tampoco tomar la política como un péndulo donde la izquierda y la derecha se niegan mutuamente.

En suma, el Frente Amplio perdió las elecciones por muy poco y se va por la puerta grande dejando buenas lecciones a los países amigos. Si Eduardo Galeano viviera, estaría orgulloso de estos muchachos.

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