‘Las personas con síndrome de Down tenemos derecho a enamorarnos’: Andrea Cano

Andrea Cano

Son muchos los mitos que giran alrededor de la forma de vivir el amor y las relaciones entre personas que sufren algún tipo de discapacidad: como que no saben lo que están haciendo o que pueden hacerse daño el uno al otro, incluso que no pueden tener una vida sexual normal. Tal es el caso de quienes nacen con síndrome de Down, un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte del mismo), en vez de los dos habituales. 

Mujeres como Andrea Cano, una joven colombiana que convive con este padecimiento, explicó a la Redacción APP por qué es importante para ella su lucha por la igualdad de condiciones. Es decir, por lograr que la personas con síndrome de Down puedan tener una relación normal de pareja y disfrutar del amor, como cualquiera.

La bandera por su causa se la puso Andrea desde que su padre, a pesar de ser un gran ser humano, le empezó a poner problema por sostener una relación amorosa con otro chico que también padece de una discapacidad. Aunque la relación por ahora es virtual, dado que el muchacho se encuentra viviendo en Canadá, el trabajo no ha sido fácil para Andrea y sus hermanos que a diario buscan convencer a su progenitor de que ella debe decidir sobre si tener una vida en pareja, su cuerpo y sus emociones.



Sin embargo, la misma Martha Cano, hermana de Andrea, explicó a la Redacción APP que el trabajo en familia es clave para que la persona con síndrome de Down pueda desarrollar una relación amorosa, especialmente en cuanto a cuidados. Pero ella y sus hermanos son consientes de que los temores de los padres son también fundados en tantos peligros que rondan a las personas que son un poco más vulnerables y de las cuales puede llegar alguien a aprovecharse.

“Yo quiero luchar por mis derechos y que otras personas con síndrome de Down entiendan que tener este trastorno no significa aislarnos del mundo y mucho menos de las relaciones amorosas. Las personas con síndrome de Down tenemos derecho a enamorarnos. Yo sé que mi papá me ama, pero le da miedo que salga físicamente con un hombre, le da miedo que me rompan el corazón”, dice Andrea.

Por ello, no solo Andrea, sino también sus hermanos, han procurado que ella entienda la importancia de cuidar su corazón y su cuerpo para que nadie pueda hacerle daño. Pero además, le han permitido tener redes sociales como Facebook e Instagram, pero siempre bajo su supervisión.

“Con este dinero que ahorro de mi trabajo compro muchos regalos en diciembre y voy a fundaciones a ayudar a niños abandonados o que también tienen síndrome de Down. Me parte el corazón ver así a la gente y quiero siempre ayudarlos y darles lo que tenga”, finaliza Andrea.La batalla de Andrea para que el síndrome de Down no frene su vida‘Anochecer’, el primer libro de una escritora con síndrome de DownSíndrome de Down: No dejar a nadie atrásDiscapacitados del Cesar logran conformar sus propios negocios

Así mismo, la joven, que quiere ser modelo profesional, que afirma que le encanta la poesía y salir en las noches a ver las estrellas, denuncia que las dificultades no se presentan solo en el ámbito amoroso. “Para estudiar, para desarrollarse y para trabajar, tampoco la tenemos fácil las personas con síndrome de Down. Las empresas tienen mucho desconocimiento sobre la contratación de personas en estas condiciones y prefieren cerrarnos las puertas”.Más espacio en el mundo laboral

Andrea ha logrado tumbar obstáculos y abrirse campo en el mundo laboral, trabajando en el área de archivo y redes sociales de una empresa de comunicaciones, en Bogotá, donde ha logrado obtener sus propios ingresos e impulsar su sueño de ser modelo profesional.

Su hermana recalca en aquel desconocimiento de las empresas para reclutar jóvenes con discapacidad y explica que más son los beneficios que lo que tiene por perder un empresario a la hora de atraer este talento, que representa el 2.1 por ciento de la población colombiana.

Uno de estos beneficios tiene que ven con el artículo 24 de la Ley 361 de 1997 que señala que “los empleadores serán preferidos en igualdad de condiciones en los procesos de licitación, adjudicación y celebración de contratos, sean estos públicos o privados, si tienen en sus nóminas por lo menos un mínimo del 10 por ciento de sus empleados con discapacidad”.

Andrea Cano

Andrea quiere ser modelo profesional.F

Otra ventaja es que se les de prelación en el otorgamiento de créditos o subvenciones de organismos estatales, siempre y cuando estos se orienten al desarrollo de planes y programas que impliquen la participación activa y permanente de personas con discapacidad.

Así mismo, el artículo 31 contempla que los empleadores que ocupen trabajadores con discapacidad
 y que estén obligados a presentar declaración de renta y complementario tienen derecho a deducir de la renta el 200 por ciento del valor de los salarios y prestaciones sociales pagados durante el año o período gravable a los trabajadores con discapacidad.

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