Mary Luz Herrán barrameja rebelde y luchadora madre de DOS hijos de GUSTAVO PETRO URREGO
Hoy 14 de mayo del 2023 esta recluida en una clínica
Acá pasándola sin poder ir a las regiones. Con un cuadro de trombosis venosa profunda y otra trombosis venosa superficial.
Hoy amanecí inspirada desde esta cama de hospital de la q todos deseamos escapar. Médicos van y vienen, exámenes por doquier tratando de encontrar la razón de una segunda recaída luego de 29 años. La vida es un suspiro, un abrir y cerrar de ojos, acá nos damos cuenta que no debemos seguir tercos a vivirla con plenitud. Soy una mujer con mucha suerte, hija de una madre negra, fuerte de risa permanente y dolores en el alma que no la doblegan. De un padre lituano desconocido de esos que huyeron por el triunfo de la revolución rusa para llegar a tener una hija de izquierda como yo. Acá el desfile diario de las enfermeras y sus historias aligeran mi estadía. Las agujas penetrando mi piel todos los días es doloroso, no me acostumbro a eso. Todos son amables, sonrientes, estoy en una habitación sola, imagino cómo están en urgencias, angustias y miedos permanentes que recorren los pasillos y se quedan fijos en las miradas de los parientes. Acá las horas pasan lentamente entre ruidos constantes las 24 horas. Algunos compañeros han venido pero lo que más extraño son las manos tibias de mis hijos, sus miradas inquietas, sus abrazos y el regaño permanente por no dedicarle a mi cuerpo un descanso que ahora por obligación debo darle, todos los días reparo una y otra vez fotos de mis nietas. Me aterra la idea de estar ausente de los territorios en donde esas miradas, esas manos tibias y esos fuertes abrazos han reemplazado la falta de mis hijos en mi soledad constante. No estoy a punto de morir solo hay q evitar que un coágulo se aloje en mis pulmones o en mi cabeza. Siguen los estudios clínicos y la fecha casi segura de una cirugía de otra situación inesperada…por fortuna tengo unos ojos inquietos que aunque temerosos están fijos para acompañarme acá o desde la distancia terca de cientos de kilómetros que nos acercan o separan.
Herrán no es cualquier persona en la vida de Gustavo Petro Urrego. Ella fue su compañera durante quince años
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Mary Luz Herrán vive en una casa en el área rural de Cajicá, rodeada de recuerdos y fotografías de los años que compartió con Gustavo Petro cuando ambos eran unos soñadores revolucionarios que, a mediados de los años 80, querían cambiar el mundo.
Petro fue quien la buscó, cuenta ella. Mary Luz era entonces una joven de pelo ensortijado nacida en Barrancabermeja que arengaba llena de energía en el Parque Santander. Estaba comprometida con los candidatos de la Unión Patriótica para las elecciones de mitaca en 1988. Creció en el Barrio Gaitán de Bucaramanga y pronto militó en el grupo juvenil Nuevos Horizontes, dedicado a recoger fondos para los más pobres. Luego se vinculó al movimiento Sendero Juvenil, a través del cual se acercó a las Juventudes Comunistas (JUCO) y a Gustavo Petro. Lo conoció cuando él acababa de purgar una pena de 18 meses en las cárceles de Ibagué, Bogotá y Bucaramanga. Mary Luz contaba apenas 17 años.
Los meses de prisión no amilanaron ni le arrebataron sus convicciones a Gustavo Petro, entonces llamado ‘comandante Andrés’, responsable de la coordinación del movimiento guerrillero en el nororiente del país, quien aprendió a vivir escabulléndose de la Inteligencia del país, en cabeza del general Maza Márquez. El encuentro formal entre los dos se dio por Nelson, un amigo común que militaba en el M-19 de Bucaramanga. Mary Luz, quien cursaba quinto de bachillerato, recuerda incluso la ropa que vestía su enamorado: tenis, pantalón blanco y una camisa remangada. Tiene la imagen fija en su memoria.
Petro empezó a visitar a diario su casa de Girón. Solían salir a pasear: ella comía helado, él bebía una cerveza. Conversaban sin saber que ya para entonces él tenía un hijo de año y medio llamado Nicolás. Nada importaba. El amor la llevó, sin dilaciones, a las filas del M-19. Allí se convirtió en ‘Mariana’.
Junto a Petro, Mary Luz empezó a realizar el trabajo que más une: el clandestino. La relación adquirió tal fuerza que el ‘comandante Andrés’ tomó la decisión definitiva: invitó frente a frente a las dos mujeres que tenía atravesadas en su vida y, en una cafetería de Barranca, les dijo: “A ti, Katia –la madre de su hijo– te quiero como una hermana, y a ti, Mary Luz, como a una mujer”. Empezaba entonces formalmente la relación que perduraría por mucho tiempo.
Mary Luz recuerda haber vivido junto a él todo el proceso de dejación de armas del M-19, en el que la insistencia de Petro al comandante Carlos Pizarro fue definitiva. El entonces alcalde, asegura ella, era un hombre más político que militar que nunca aprendió a disparar y mucho menos llegó a limpiar un arma. Incluso perdía las de dotación, que les entregaba la guerrilla a los combatientes.
Hoy en día, Mary Luz Herrán trabaja con asociaciones de campesinos tolimenses.
La paz que firmaron durante el gobierno de Virgilio Barco, el 8 de marzo de 1990, en el Cauca, significó una nueva oportunidad para todos, incluso para Mary Luz, quien había sido detenida en 1988. Obtuvo la libertad después de trece meses en la cárcel de Ibagué, el 17 de abril de 1990. Nueve días después caía asesinado Carlos Pizarro, el máximo comandante del M19. Mary Luz fue la primer mujer en ser liberada, como parte de una negociación política, junto con muchos otros guerrilleros presos.
Terminó su bachillerado en el Instituto Pedagógico y luego, ya con los dos hijos que tuvo con Petro–Andrea y Andrés–, estudió Relaciones Económicas Internacionales en la Universidad Autónoma de Colombia. Sus convicciones no han cambiado y acabó siendo más radical que su maestro.
Petro entró a formar parte del grupo de asesores de la Asamblea Nacional Constituyente, a la que el M-19 llegó con un bloque de 7 constituyentes liderado por Antonio Navarro. Mientras tanto, Mary Luz ingresaba a las Juventudes Bolivarianas, inspiradas en el pensamiento del venezolano Hugo Chávez, que la llevaron a ser directora del Instituto Bolivariano de Estudios Latinoamericanos, auspiciado por el chavismo. Mary Luz fue relacionada con el famoso espía ´Cheo´, José Gregorio Guzmán, un capitán (r) de la Armada Venezolana acusado de participar en el fallido golpe de Estado contra el ex presidente Carlos Andrés Pérez.
Mary Luz y Petro viajaron juntos a Bélgica cuando el ex presidente César Gaviria nombró a éste último, y a otros cuatro ex combatientes del M-19, en varias embajadas en Europa -viajaron también Vera Grave, Aníbal Palacio, Bernardo Gutiérrez y Eduardo Chávez- , después de la derrota electoral de 1994. Fueron años familiares y de formación académica de Petro.
Entre 1994 y 1996, Gustavo Petro y Mary Luz Herrán vivieron en Bélgica. Allí, él se desempeñó como agregado diplomático para los Derechos Humanos.
Así como disfruta de los bellos recuerdos, los sinsabores también atropellan a Mary Luz Herrán. El regreso de Europa marcaría el desencuentro que tomó forma en un auditorio de una universidad en Sincelejo en el año 2000. Entre las asistentes a la conferencia estaba Verónica Alcocer. Petro quedó, en sus propias palabras, impactado por su belleza. Mary Luz incluso la abordó recordándole la situación familiar del entonces candidato para la Cámara por el naciente Polo Democrático Alternativo. Pero nada pudo contra la relación que había surgido con una fuerza inderrotable. En 2001 Petro y Alcocer se casaron. Luego nacieron sus hijas, Sofía primero y luego Antonella. Mary Luz entró a formar parte de un pasado que ella nunca dejará enterrar. Verónica Alcocer se convirtió, diez años después, en la primera dama de la Alcaldía de Bogotá y hoy en PRIMERA DAMA DE LA NACIÓN.