Masters de Augusta 2.018. Reed gana su primer major

En sólo su segunda participación, Jon Rahm ya es un golfista con perfil para luchar cada año por el Masters de Augusta. A sus 23 años lo demostró. Fue cuarto y estuvo en la pelea hasta el final, cuando se vio obligado a tomar riesgos en el hoyo 15 y fue al agua. Allí se despidió el de Barrika. Mientras el estadounidense Patrick Reeddespegó con el margen de la amplia renta de golpes (seis sobre el español) hasta vestirse con la Chaqueta Verde.

Rahm salió al día final con la motivación positiva de haber firmado dos días brillantes en las jornadas anteriores. “La del sábado, de 65 golpes, fue una de mis mejores vueltas”, contaba el de Barrika que salió desde el tee del 1 con su espíritu de juego ofensivo, pero con la calma que exige Augusta, que en 2017 no encontró, pero que en esta edición sí: “Estaba muy enfocado en dejar la bola en la calle y buenos putts para no hacer bogeys”. En las jornadas decisivas Rahm podrá ganar o no, pero siempre se crece y saca lo mejor de sí.

Rahm, que tenía que remontar seis golpes, sacó dos birdies seguidos en el 2 y en el 3. Y Reed dio signos de debilidad. La mirada winner de Jon asomaba. Pese a un bogey, arañó otro birdie en el 7. El problema es que Reed se entonaba y encima Spieth empezaba a embocar birdies sin control. A Rahm le faltaba aprovechar un poco más los pares 5, pero en el 15 tuvo que apostar a cara o cruz para buscar el eagle y salió el lado malo de la moneda. Pero jugó a ganar. Como cuando era estudiante.

Ese carácter de aspirar a todo lo forjó en la Universidad de Arizona State en la que se convirtió en el mejor amateur del mundo con más de una decena de victorias y reafirmó ese espíritu ganador en cuanto se hizo profesional en verano de 2016. En enero de 2017 ya estaba ganando, con su vuelta mágica de Torrey Pines. Después han llegado tres victorias (la de Irlanda, Dubai y Career Builder). Su cuenta pendiente era brillar en un grande. Esta era la séptima vez que tomaba parte en un major y por fin estuvo en la disputa con las estrellas en los últimos 18 hoyos. La paciencia, el control en los momentos en el que el National te traiciona y los consejos de su caddie Adam Hayes han sido claves. Su mirada de ganador ya venía de fábrica.

Rahm recordó a Ballesteros: “Seve inspiró a todo el mundo. Fue el primer no americano en ganar tras Player. Él hizo cosas inimaginables. Sergio también lo hizo. Quizá el carácter español se adapta a Augusta. He seguido lo que hicieron los grandes golfistas de mi país”. Él puede ser el próximo histórico.