“Además de Masón, soy fascista y moriré siendo fascista”: Licio Gelli, “Maestro Venerable” de la Logia P2
A casi dos años de la muerte del italiano, en diciembre de 2015, esta semana salió a relucir un primer testamento escrito a mano por él mismo en 1998 y en el que habla de sus propiedades, no sólo en Europa sino en Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil.
“O hacen lo que les digo o mi herencia terminará en manos del estado”, escribió Gelli en el testamento dirigiéndose a sus hijos. El testamento, según se informó, fue secuestrado en un primer momento por la policía francesa que arrestó a Gelli en Cannes en 1998 y después fue pasado a la justicia italiana. Gracias a eso, el fisco italiano después le pasó a Gelli una cuenta de 17 millones de euros de impuestos no pagados. Pero al parecer buena parte de esa demanda cayó en prescripción, táctica usada -el alargar terriblemente los procesos- bastante a menudo por las defensas en Italia para que los acusados al final no paguen sus deudas.
Su patrimonio sumaba entonces 95 millones de euros. En Uruguay, el testamento deja a sus herederos las estancias El Turuman Sarandí y S. Lidia Soca (unas 16.000 hectáreas por valor de 5,5 millones de dólares) con animales, además de cuatro edificios, que no se identifican donde están
Entre otras propiedades está su casa en la ciudad italiana de Arezzo (Villa Wanda, tres pisos, 33 habitaciones, jardines, piscina, etc.), dos casas en la francesa Costa Azul, departamentos repartidos por distintas ciudades. Se agregan a esta lista unas 172.000 hectáreas de tierra en Paraguay, dos fazendas (haciendas) con plantaciones de naranjas en Brasil, 30 hectáreas edificables en Argentina (al parecer vendidas en 1987). A eso se sumaban brillantes, joyas y 160 kg de lingotes de oro que el Maestro Venerable había escondido, después se supo, en las macetas del jardín de Villa Wanda.
El hecho de que las propiedades latinoamericanas fueran en cuatro países del llamado Plan Cóndor (que comprendía Chile, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Perú), gracias al que las dictaduras latinoamericanas hicieron desaparecer a miles de sus ciudadanos en las décadas del 1970-1980, ha hecho pensar en las relaciones que tenía Gelli con los militares de esa época. Como buen masón y además fascista, había hecho –secretamente como corresponde a la masonería–, su trabajo de entrelazar militares, dirigentes políticos y empresariales de las dictaduras. Es sabido que el almirante Emilio Massera y el general Guillermo Suárez Mason, estaban afiliados a la Logia P2 y se dijo que Gelli tenía un pasaporte argentino. También se ha hablado de que Gelli tenía relaciones con el general Juan Perón. Otras fuentes periodísticas aseguran que Gelli estuvo escondido en la década del 1980 en Paraguay mientras la justicia italiana lo buscaba. En Paraguay todavía gobernaba el dictador Alfredo Stroessner.
Además de Masón, confesó Gelli que “Nací en época fascista. Trabajé para el fascismo. Soy fascista y moriré siendo fascista”, ante las cámara de la televisión algunos meses antes de morir. Durante el fascismo, en efecto, se desempeñó como Inspector Nacional de la Organización Fascista, según un documento suyo que circula en Internet.
Como fascista y como masón, Gelli se dedicó a hacer contactos entre los que la pensaban como él de muchos países. En 1981, los jueces que en Italia investigaban sobre el caso del banquero Michele Sindona, miembro de la P2 y con estrechas relaciones con la mafia, hicieron varios allanamientos y en uno encontraron una valija con una larga lista de miembros de la P2, en la que figuraban numerosos políticos de renombre. El escándalo fue total porque nadie sabía que esas personas estaban afiliadas a la masonería de Gelli. Entre ellos Michele Sindona y Roberto Calvi –ambos asesinados–, Silvio Berlusconi y Fabrizio Cicchito que después pasaron a ser políticos de renombre en la política italiana, ambos de Forza Italia.
La logia fue fundada en 1877, en las entrañas del “Grande Oriente d’Italia”, como una logia para miembros visitantes que se ausentaban de sus propias logias.
Sin mucho éxito transitó entre dos siglos hasta que fue elegido gran maestre Licio Gelli.
En la mitad de los 1960s, tenía solo 14 miembros permanentes, pero cuando Licio Gelli la lidera entre los 1960s y los 1970s, rápidamente se expandió a más de 1.000, muchos de los cuales eran prominentes personajes de la elite Italiana, en un año. La expansión fue en su mayoría ilegal, ya que los funcionarios italianos civiles les estaba prohibido ingresar a sociedades secretas.
En 1976, las autoridades masónicas disuelven la entidad y expulsan a Gelli de la Francmasonería.
Las conexiones del “Banquero de Dios” Roberto Calvi con el Gran Maestro Licio Gelli le dieron un particular enfoque de atención a la prensa y a la policía, causando que la logia (luego secreta) fuera descubierta. La policía encontró una lista de adherentes en la casa de Gelli, en Arezzo en marzo de 1981, con más de 900 nombres, con muy importantes funcionarios estatales, importantes políticos (4 ministros, 44 diputados), y oficiales militares, muchos de éstos enrolados en la SISMI (Servicio Secreteo Italiano). Notablemente, el que sería presidente del Consejo de ministros italiano Silvio Berlusconi estaba en la lista, pero en esos momentos no era cuadro político.
Otro famoso miembro fue Victor Emmanuel, Príncipe de Nápoles, cabeza de la Casa de Saboya.
Un documento también fue hallado en posesión de Licio Gelli titulado “Piano di Rinascita Democratica” (Plan para el Resurgimiento Democrático) que enunciaba una declaración de la Logia de formar una nueva élite política y económica para liderar a Italia hacia un mayor autoritarismo en la democracia, en una perspectiva de anticomunismo. “El objetivo de la división de los Sindicatos debe ser una prioridad,” estatuía el Plan, “en orden de lograr la reunificación con los gremios autónomos de sus confederaciones, sensibles al Plan”.
El primer ministro Arnaldo Forlani fue forzado a renunciar, causando la caída del gobierno italiano. Giovanni Spadolini del Partido Republicano Italiano (PRI) fue votado para lograr una coalición de centro-izquierda. Spadolini fue el primer ministro italiano no proveniente de la Democracia Cristiana. Todos los funcionarios de los servicios secretos de Italia, con la cabeza de Vito Miceli, fueron obligados a renunciar.
Licio Gelli
La carrera política de Licio Gelli comenzó en España como voluntario de las Camisas Negras enviadas por Benito Mussolini a la guerra civil en apoyo del alzamiento del General Franco. Agente de la Italia fascista durante los años de la II Guerra Mundial y Oberleutnant de las SS, tras la Guerra Civil española fue enviado como enlace a Alemania, donde actuó como interlocutor con los oficiales del III Reich y el X2 de la OSS estadounidense (antecedente de la CIA). Su experiencia en inteligencia llevó a que su jefe Borghese le traspasara a la CIA tras la guerra, interesada en contener el desarrollo de los comunistas en toda Europa.
Su caso no es el único. Umberto Ortolani es otro ejemplo de la misma especie. Durante la II Guerra Mundial, Ortolani fue uno de los jefes del servicio de inteligencia militar fascista especializado en contraespionaje. Era un abogado católico, miembro de la logia P2 y con mucha influencia en el Vaticano.
Gelli creó la logia masónica Propaganda Due para dirigir la guerra política contra el comunismo en Italia.
El viejo pistolero fascista se convirtió en el personaje central del dispositivo secreto del Pentágono. A través suyo se tejieron los hilos de Gladio que le permitieron convertirse en uno de los provocadores anticomunistas más señalados de la Guerra Fría época en la que, a la sombra, permaneció vinculado al Vaticano y a distintos sectores del poder en Italia. Asistió a las ceremonias de investidura de los presidentes estadounidenses Bush (padre), Carter y Reagan.
En 1993, cinco ex presidentes de gobierno, varios ministros y más de 3.000 políticos y empresarios fueron acusados, procesados o condenados por corrupción y asociación con la mafia. Entre ellos había también numerosos militares, funcionarios del gobierno y obispos. Uno de los implicados, Francesco Madonia, jefe de la Democracia Cristiana, cayó abatido a tiros tras la confirmación de la sentencia. Toda la cúpula de las fuerzas armadas y de los servicios secretos italianos estuvo asociada a la logia P2. Según el periodista alemán Jürgen Roth, desde 1983 Bettino Craxi, ex presidente italiano socialista, también fue corrompido con millones de dólares de la P2. De acuerdo con los planes de la P2, en sus cuatro años en el cargo aseguró mediante decretos del Gobierno, entre otras cosas, el imperio mediático del miembro de la P2, Silvio Berlusconi.
Gelli fue acusado de ejercer un papel fundamental en Gladio, así como de espionaje, sabotaje y chantaje, para lo cual recibió enormes sumas de dinero de la CIA que iban a parar a su bolsillo y al de su logia P2 a través del agente estadounidense Richard Brenneke. Ese dinero era utilizado para financiar operaciones especiales de la CIA así como el terrorismo fascista en los años setenta, cuyo origen eran el tráfico de drogas y de armas controlado por la agencia norteamericana.
Ante la magnitud del escándalo, el parlamento italiano designó una comisión que trabajó durante dos años, con la ayuda de 40 comisarios especializados en el crimen organizado, para desenredar los hilos. El 20 de mayo de 1984 se publicó el texto del informe de la Comisión, llamado Informe Anselmi, en la revista L’Espresso. Es la síntesis de unas 500.000 páginas de documentos, testimonios y declaraciones acumuladas por los investigadores, que ocupan un salón entero del Parlamento italiano custodiado día y noche por guardias armados. El Informe revela también los crímenes cometidos y las conspiraciones de golpe de Estado fascista en Italia (Operación Rosa de los Vientos).
Al destaparse Gladio en 1990, el escándalo llevó a la prohibición de las sociedades secretas, entre ellas la masonería, en Italia. La logia fue aparentemente disuelta y sus miembros acusados ante los tribunales por su implicación en varias tentativas de golpe de Estado fascista. En todas ellas estaba directamente implicado el Vaticano. Pero nadie se atrevió ni siquiera a sugerir la disolución de la Iglesia católica. Sin embargo, los vínculos entre la logia P2 y el Vaticano son de dominio público. En septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli, antiguo miembro de la logia P2, había escrito un artículo titulado El Gran Alojamiento del Vaticano, dando los nombres de 121 masones dentro del Vaticano. La lista estaba integrada por cardenales, obispos, y prelados de alto rango. Los nombres de Jean Villot, su Ministro de Asuntos Exteriores, el cardenal Paul Marcinkus, jefe del Banco del Vaticano, y Pasquale Macchi, su secretario personal estaban en la lista.
Pecorelli fue asesinado a tiros el 20 de marzo de 1979.