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El embajador de Colombia ante la OEA, Alejandro Ordóñez, fue el más firme crítico de quienes reniegan de la herencia española y la responsabilizan “de todo lo malo que ocurre en la región”.

Ordóñez reconoció “abusos y excesos” de la conquista, pero subrayó “el idioma, los valores, la civilización y la fe” que dejó, y advirtió sobre los argumentos de “discriminación racial estructural” y “patrones históricos de esclavismo” que impulsan la “hispanofobia”.

“No se sorprendan si, siguiendo el manual, en poco tiempo las hordas anarquistas busquen derrumbar la imagen de la reina Isabel La Católica ubicada en las afueras del edificio de la OEA”, dijo.

Al leer esa intervención, nos sentimos trasladados a la edad del oscurantismo medieval, cuando se justificaba el poder de los señores feudales, como fruto de la providencia divina.

¿Cómo permiten que un ser tan prehistórico, como éste, represente a la nación?

Cuota burocrática, favores políticos, repartición de la torta, A_Ordonez M es una pieza que ayuda a sostener el entramado, una pieza rancia y nauseabunda