Papa Francisco: “Hablen con sus padres y abuelos, ¡no se pasen todo el día con el teléfono, ignorando el mundo que los rodea!”
“Los jóvenes están siempre listos para ir hacia adelante, hacer que todo suceda y arriesgar. Los animo a continuar con ese entusiasmo en las circunstancias buenas y malas”, y sobre todo “cuando mirando alrededor, parece que Dios no aparece en el horizonte”, dijo.
Les aconsejó “viajar en la vida” y “no vagar sin rumbo”, y para ello les instó a dejarse guiar por Dios que es, explicó, “como si hubiese colocado dentro de nosotros un software, que nos ayuda a discernir su programa divino y a responderle con libertad”.
“Pero, como todo software, necesita también ser actualizado constantemente. Tengan actualizado su programa, escuchando al Señor y aceptando el desafío de hacer su voluntad”, les dijo, como siempre que se dirige a los jóvenes utilizando un lenguaje más coloquial.
Para encontrar el sendero justo, añadió Francisco, se necesita sabiduría y para “recibir esta sabiduría debemos mirar el mundo, nuestra situación, nuestros problemas, todo, con los ojos de Dios”.
“Esta sabiduría nos ayuda a reconocer y a rechazar las falsas promesas de felicidad”, señaló Francisco, que lamentó cuando los jóvenes se encierran en su mundo.
“Cuando un pueblo, una religión o una sociedad se convierten en un ‘pequeño mundo’, pierden lo mejor que tienen y caen en una mentalidad presuntuosa, la del yo soy bueno y tú eres malo”, opinó.
Francisco insistió, como en muchos de sus discursos, en la necesidad de que la juventud escuche y respete a los ancianos para, entre otras cosas, ” evitar repetir los errores del pasado”.