Pekín. Un aeropuerto para la colección de obras colosales chinas

Un aeropuerto de récord Guinness en Pekín

Con los años, la deslumbrante lista de megainfraestructuras chinas no deja de sumar nuevos nombres. Ahí figura la presa de las Tres Gargantas, la mastodóntica planta hidroeléctrica construida en el río Yangtsé. O el puente Hong Kong-Macao-Zuhai, que con sus 55 kilómetros es el más largo sobre el mar. Brillan con luz propia los 29.000 kilómetros de una red de alta velocidad más extensa que la de cualquier otro país. Y, desde el miércoles pasado, ya funciona Pekín-Daxing, que con sus 700.000 m2se ha convertido en la terminal más grande del mundo.

Si algo sorprende al visitante sobre el nuevo aeropuerto es su diseño, obra de la famosa arquitecta angloiraní Zaha Hadid, que falleció en el 2016 sin alcanzar a ver su obra completada. Su aspecto futurista trae de inmediato a la memoria el de una estrella de mar de seis puntas: una de acceso y otros cinco brazos que albergan los pasillos que conducen a los aparatos. Gracias a esa forma hexagonal, la puerta de embarque más lejana está relativamente cerca, a unos 600 metros del control de seguridad. Para completar el cuadro, en los extremos de cada ala, justo al lado de las puertas de embarque, hay cinco grandes jardines al aire libre diseñados según la tradición china. Una línea de alta velocidad une en tan solo 20 minutos la instalación con la estación de Pekín Oeste. Otra conectará los dos aeropuertos de la capital y una tercera llevará a los pasajeros a la ciudad de Tianjin, un paso más en la integración de esta urbe con Pekín.

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