Profesora ÁNGELA DAVIS ” tenemos una deuda con África”: Pepe Mujica

Mujica frente a Angela Davis dijo que representa “la deuda que tenemos con África”.

El ex presidente reflexionó sobre la deuda social de la sociedad con los afrodescendientes: “Creo que para el Uruguay es un honor que haya venido.

Esta mujer representa, precisamente, la deuda que tenemos, y que tenemos en esta América, porque la población de color no vino, la trajeron; y la trajeron en las peores condiciones que se pueden imaginar (…) La equidad, la deuda social, son problemas muy hondos para nuestra sociedad. Yo la encuentro a esta señora como la expresión de símbolo de todo eso.

Esa deuda que nunca pagaremos a los descuajados de África. Ojalá que las generaciones que vengan sean más abiertas que nosotros”.

También Carolina Cosse se refirió a la activista norteamericana: “La verdad es que ella profundizó mucho en lo que tiene que ver en cómo se entretejen las injusticias, y cómo eso nos enreda en una red de opresión de la que es muy difícil salir.

Ella dice: ‘bueno, el feminismo lucha por la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres pero en realidad hay que tener en cuenta también la igualdad de derechos para la gente afrodescendiente, o para los más débiles’. En esa concepción ella habla de propender a un sistema que en su esencia sea mejor”.


Angela Davis recibió el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad de la República

El 12 de marzo el Consejo Directivo Central de la UdelaR (CDC) resolvió por unanimidad distinguir a la profesora Angela Davis con el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad, “considerando que hacerlo honra el mandato de defensa de los derechos humanos y la justicia que la Ley Orgánica dio a nuestra Institución”. El título se entregó ayer en la explanada de la UdelaR durante un acto.

Angela Davis es profesora emérita del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California (Santa Cruz, Estados Unidos), una de las más prestigiosas universidades en temas vinculados a las ciencias sociales, a las humanidades y al pensamiento teórico.

La resolución del CDC funda su decisión de otorgar el título a Davis en que se trata de una filósofa de primer nivel que ha ejercido una influencia fundamental al combinar el pensamiento teórico con la praxis; en su contribución en el ámbito académico basada en los numerosos libros que escribió; y en la larga y rica tradición de su condición de filósofa.

La Comisión Asesora de Títulos de Doctor Honoris Causa -integrada por Hugo Achugar, Susana Mallo y Rodrigo Arim- que se encargó de estudiar los méritos de la postulada, recomendó otorgar el título porque “su obra es producto de luchas colectivas contra la opresión, en cada momento. Otorgarle el título de doctora honoris causa (…) honra el mandato de defensa de los derechos humanos y la justicia que la ley orgánica dio a la Universidad de la República. Un homenaje, como acto educativo, sirve para construir memoria histórica, que es colectiva”.

El acto de entrega del título se realizó en la explanada de la UdelaR a partir de las 18 horas. Al final hubo un espectáculo musical con Ruben Rada y Se Armó Kokoa.

Nacida en el sur de los Estados Unidos en 1944, Angela Davis conoció de cerca las formas más violentas del racismo, en una ciudad donde los ataques con bombas a la comunidad negra eran habituales. Tuvo la oportunidad de formarse en Nueva York, Massachusetts, París, y finalmente estudiar con los referentes de la Escuela de Fráncfort, hasta que el intenso embate racista y la lucha de la comunidad negra en su país la motivaron a regresar.

Fue encarcelada en 1970, lo que generó en todo el mundo reclamos y movilizaciones en favor de su liberación. Actualmente es profesora emérita del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos.

Ha afirmado que la cárcel “funciona ideológicamente como un emplazamiento abstracto en el que se deposita a los indeseables, descargándonos de la responsabilidad de pensar sobre los problemas reales que afligen a aquellas comunidades de las que los reclusos son separados en un número tan desproporcionado. Este es el papel ideológico que juega la prisión; nos exime de la responsabilidad de enfrentarnos seriamente con aquellos problemas producidos por el racismo y, de manera creciente, por el capitalismo global”.

Davis también se dedicó a analizar la interacción entre machismo, racismo y clasismo. Señala que “El feminismo debe incorporar una conciencia del capitalismo, al menos el feminismo con el que me identifico yo, pues hay muchos feminismos, ¿no? Tiene que incorporar una conciencia del racismo, del colonialismo, de las poscolonialidades, de la capacidad, y de más géneros de los que nos podemos llegar a imaginar, y más sexualidades de las que jamás pensamos que podríamos nombrar.

El feminismo no solo nos ha ayudado a reconocer una gama de conexiones entre discursos e instituciones e identidades e ideologías que con frecuencia tendemos a considerar por separado. También nos ha ayudado a desarrollar estrategias epistemológicas y organizativas que nos llevan más allá de las categorías ‘mujer’ y ‘género’.

Y las metodologías feministas nos incitan a explorar conexiones que no siempre son aparentes. Y a habitar contradicciones y a descubrir lo que esas contradicciones tienen de productivo. El feminismo insiste en métodos de pensamiento y acción que nos incitan a pensar en conjunto sobre cosas que parecen estar separadas y a separar cosas que naturalmente parecen ir juntas”.


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