Ricardo Lara Parada
Ricardo Lara Parada, es el guerrillero barranqueño más conocido a nivel internacional y el primer insurgente, que luego de estar por más de 10 años en la clandestinidad, amparándose en una amnistía del entonces presidente Belisario Betancur, presenta su nombre ante el pueblo para una elección democrática, resultando elegido concejal del Municipio de Barrancabermeja.
Después de Lara Parada se presentaron muchos casos similares, como el de Navarro Wolf en Pasto o Rósemberg Pabón en Yumbo, pero la historia le reconocerá siempre a Ricardo Lara Parada el hecho de haber sido el primer insurgente en Colombia en haber sido elegido democráticamente a un cargo de elección popular y haberse posesionado.
Recordemos que Rafael Rangel Gómez alcanzó a ganar una curul en la Cámara de Representantes pero no alcanzó a posesionarse debido a una peritonitis.
Ricardo Lara Parada fue concejal de Barrancabermeja.
Nacido en corregimiento de El Centro (Santander) el 12 de octubre de 1939, hijo de don Víctor Sócrates Lara Camargo y doña Ulda María Parada Arias (ambos fallecidos).
Inicialmente quiso estudiar medicina, pero posteriormente decide estudiar ingeniería química en la UIS.
Al cabo de año y medio se da cuenta que eso no es lo suyo y pasa de la ingeniería al activismo político en los sectores de la izquierda. Fue entonces cuando comprendió que para lograr en Colombia un verdadero cambio, había que buscar otras alternativas distintas al bipartidismo.
En esa coyuntura se le presenta la oportunidad para ir becado a la isla de Cuba que por esos días contaba con la expectativa generada por la revolución de Fidel Castro. Las intenciones de Ricardo Lara, de estudiar en Cuba, le duraron solo 3 meses, hasta cuando los Estados Unidos bloquearon militarmente a Cuba en octubre de 1962.
Comandantes de la revolución en Cuba les ofrecieron a los estudiantes colombianos recién becados, evacuarlos del país y así evitarles problemas en esos días en que esperaban un ataque del ejército norteamericano.
Los 27 muchachos, (entre ellos Lara Parada), se reunieron y discutieron rápidamente el asunto y al final 22 de ellos, Ricardo Lara incluido, dieron la respuesta aceptando quedarse en la isla con la única condición de que les dieran preparación militar para estar en condiciones de defenderse al momento de los ataques.
A partir de ese momento recibió instrucciones sobre manejo de armas, edificación de trincheras y desplazamiento militar. De ahí surgió la idea de armar un grupo insurgente en Colombia.
Así las cosas, de regreso a Colombia, los ciudadanos Fabio Vásquez Castaño, Víctor Medina Morón y Roberto Reina lograron fundar el ELN. El 7 de enero de 1965, lo supo todo el mundo, “un grupo subversivo autodenominado ELN se había tomado la población de Simacota (Santander), arengando a la comunidad, luego enfrentó al ejército y desocupó las arcas de las distintas entidades oficiales”.
Esa fue la primera acción del ELN.
Ricardo Lara dura 10 años en el monte, (1975 a 1985) y se retira por divergencias con sus compañeros.
El 23 de noviembre de 1973, Ricardo Lara Parada cancela su vinculación con el ELN separándose definitivamente del grupo. De esa manera Ricardo se fue sin armas para no afectar al grupo, llegó a un rancho campesino después de una jornada de 16 horas de camino y muy fatigado pidió auxilio a un campesino que lo atendió y le facilitó el descanso.
Sin embargo, se confió del hombre y fue cuando cometió la ligereza de revelarle su verdadera identidad. Al otro día, con el pretexto de comprar unas pastillas, el campesino regresó con toda una escuadra de militares. }+
Pudo más con su alma el millón de pesos que ofrecían por Ricardo Lara Parada. Ya en poder de los militares fue presentado a los medios de comunicación del país e inicialmente condenado a 42 años de prisión en el llamado “Consejo de Guerra del Siglo”, sin embargo, el juicio cayó por errores procedimentales, quedando la condena solo a 4 años y un mes, que terminó de purgar el 3 de octubre de 1978.
Una vez libre se traslada a Ciudad de Panamá y le colabora al general Omar Torrijos en su proceso político. Al lado de Torrijos conoce de cerca al escritor Gabriel García Márquez con quien entabló una buena amistad.
De regreso a Colombia se acogió a la amnistía ofrecida por el gobierno del presidente Belisario Betancur, llega a Barrancabermeja con la intención de abrir una librería, pero la insistencia de sus más cercanos amigos lo motivaron a fundar el FAM (Frente Amplio del Magdalena Medio). Con un magnetismo que ejerce sobre la población, Ricardo es elegido concejal de Barrancabermeja.
Para el año de 1985, se había convertido en el más enconado crítico del clientelismo político de la ciudad.
El 14 de noviembre de 1985, es asesinado por desconocidos en la puerta de su residencia en el barrio Uribe Uribe, cuando regresaba de sesionar en el Concejo Municipal de Barrancabermeja.
Su muerte no tuvo la resonancia merecida toda vez que para esos días se llevaban a cabo en el país dos lamentables acontecimientos que empañaron la vida nacional : La toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 y la avalancha de Armero (Tolima) en donde murieron mas de 25 mil compatriotas.
Ulda, su madre, acumuló méritos de sobra para convertirse en el personaje crucial de la vida de Ricardo Lara Parada, un hombre que tuvo la oportunidad de tratar a notables de la talla de Ernesto el CHE guevara ( 1.928 – 1.967) , Omar Torrijos Herrera (1.929 – 1.981) , Felipe Gonzalez nacio (1.942 )- , Muamar el Gadafi ( 1.942 – 2.011), Gabriel Garcia Marquez ( 1.927 – 2014), el Padre caleño Francisco de Roux (1.943), Carlos Pizarro Leon Gomez (1.951. – 1990) y su gran amigo Rodrigo Lara Bonilla (1.946 – 1.984) quienes por cariño manifestaba ser primo, sin tener grados de consanguinidad.
Con los años Ricardo entendería que la vocación maternal de esta mujer humilde, la convertía en una madre especial pero no única. lo que si la hizo para él única y el gran personaje que conoció su vida, fue la templanza de titán que tuvo para aceptar la desición de Ricardo de irse para el monte.”
“Fue tan irrestricto su apoyo para que me hiciera revolucionario, que no me caben dudas de que si le hubiera hecho saber la fecha en que me internaría en las montañas, me habría preparado fiambre y despedido con el mismo beso ligero en la frente”, dijo un día este hombre que salio de la clandestinidad amparado en la ley de Amnistia y que es reconocido como el más Importante líder guerrillero que se haya acogido a ella.
Fue invitado por el Presidente BELISARIO BETANCOUR en el año 1984, para Formar Parte de la Reforma Agraria en Colombia.
UN LUTO FAMILIAR: LA MUERTE DE GAITAN
El dia 9 de Abril del 48, volvía de sus clases – ” recuerda que venia pateando un cáscara”, cuando vio que empezaba a crecer un corrillo frente a un almacén y fue a curiosear. Le dijeron que habían matado a Gaitán y lo único que se le ocurrió decir fue ” aijueputa, se va a enfermar mi abuelo”.
Y salio disparado para la casa, pero el viejo estaba tranquilo. No sabia la noticia. Ricardo se la contó. El abuelo le dijo que con eso no se jugaba, pero cuando otro vecino irrumpió en la casa para confirmar el desastre, el viejo se dejó caer sobre la mecedora y lo cargó”, se quedó callado un rato, con los ojos abiertos y le temblaban los labios. De pronto se repuso y me dijo que era como si hubieran vuelto a matar a Cristo”.
ESPOSA:
MARIA DEL ROCIO AGUDELO HERNANDEZ
( 1.941 – 2.007), Oficial Mayor Concejo Municipal de Barrancabermeja, fue compañera de Siempre en luchas y batallas:
En el momento de su matrimonio, sellaron toda una vida juntos, superando grandes obtaculos, incluso la misma muerte.
Hijos
Serpa hacía del respeto a la diferencia una divisa. El momento cumbre, a mi juicio de ese espíritu de solidaridad ejemplar en Serpa, se dio la noche del asesinato de Ricardo Lara Parada.
Aún con la sangre caliente en la puerta de su casa y en medio de un centenar de amigos y seguidores del excomandante del ELN, y primer combatiente de alto rango reinsertado a la vida civil en Colombia, Serpa llegó al lugar.
Los gritos de “Asesino, Asesino, Asesino” puños en alto y miradas preñados de odio no acobardaron a Serpa. Cruzó entre un bosque de dolor, llanto y rabias. Llegó hasta el fondo del patio. Abrazó por largo rato a la madre del líder del FAM, doña Ulda, modista afamada de profesión como se decía sí misma. No musitó palabras convencionales.
No jugó al ritual de la apariencia. Su silencio y su abrazo fueron el lenguaje del alma. Luego se dirigió hasta donde su esposa Rocío Agudelo. La miró a los ojos. Se sacudió de tristeza y dolor. No quiso que le vieran sus mejillas húmedas por las lágrimas. Colocó su cabeza al lado de la de ella. Largos minutos de profundo silencio. “Cuente conmigo, Rocío, usted no va a estar sola”. “Cuente conmigo”, balbuceaba reiteradamente a su oído Serpa.
Al fondo los gritos de “Asesino, Asesino, Asesino” seguían resonando cada vez más débiles ante el gesto entrañable de solidaridad de uno de los más grandes dirigentes liberales del momento en el país.
Corría el mes de noviembre del año 1.985. Serpa sería coherente con su oferta. Rocío estaría vinculado como empleada pública en la nómina del Concejo Municipal hasta el día de su muerte.