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Allende en la Acuarela del artista santandereano Martín Quintero Pacheco

En mi estudio cuelga esta acuarela de MARTÍN QUINTERO PACHECO, de quien LUIS ENRIQUE FIGUEROA escribió:

“Filigrama del dibujo. Dispendiosa y aplicada tarea del artista ocañero Martín Quintero Pacheco, desandar los pueblos de Santander, los parajes rurales, captar en miles de trazos de plumilla, en firmes contornos de la realidad, iglesias, balcones salientes, el Gallineral, la Cueva de Nitro de Zapatoca, parece ilustración de Gustavo Dore para la Divina Comedia, dejar ese testimonio de la tierra con todos sus encantos y la maravilla de la arquitectura del pasado.Ernesto Suárez Rueda explica el motivo de la publicación de la Cámara de Comercio, mensaje grato de Navidad, que empieza por el rescate de los templos parroquiales y de sus nombres de pila, San Francisco Javier de Piedecuesta, torres medioevales en punta gótica, fábrica de piedra de la cantera, San Juan de Nepomuceno de Floridablanca, San Pedro de Lebrija, empezada por el párroco Luiz María Figueroa, testigo de la Batalla de Enciso, la Inmaculada de Rionegro, Chiquinquirá de Mogotes, La Transfiguración de Vélez, San Joaquín de Zapatoca, La Inmaculada de Barichara, oración de piedra monolítica, San Miguel de Oiba, el Sagrado Corazón de Barrancabermeja, las capillas doctrineras de las Nieves de Girón, de los Dolores de Bucaramanga, de Monguí en Charalá, de Chiquinquirá en Confines, el oratorio de Santa Lucía en Guane.Después los portales campesinos, cerca de piedras, techumbre de tejas, puerta de golpe que vemos cerca de la carretera de San Gil, preciosa muestra del alero, del lugar de abrigo del sol y de la lluvia, adorno del paisaje, economía de materiales, gracia de la albañilería rural, la Torre de Tequia en García Rovíra, senderos, árboles, tapia pisada.Así Martín Quintero que aprendió en la escuela del buen gusto de Ocaña a captar estas secuencias de la belleza aldeana, empezó dibujando el Valle de los Alcaldes de Ocaña, la calle del Embudo, la columna de la Libertad de los Esclavos de Don Agustín de Núñez, el tronco de la Virgen de Torcoroma los estoraques de la Playa, adelanta la obra de rescate del purísimo estético de la cordillera santandereana. Gozamos de una noble tradición espiritual, así lo comprueban esos cuadros religiosos en piedra nos rodea un ambiente sobrio de meseta Castellana. La Plumilla sabia, atenta, precisa de Quintero ha dejado este catálogo para acrecentar la fe en nosotras y en nuestra tierra. Un pueblo, una raza que cree, que alienta el destino de la belleza merece los mejores destinos. Un lejano abrazo para el amigo pintor”

SALVADOR ALLENDE, 49 AÑOS DE UNA MUERTE HEROICA, por Emir Sader

Como vivía a dos cuadras del Palacio de La Moneda, desperté, de nuevo, con el ruido de los aviones que sobrevolaban el palacio presidencial. En junio de 1973 había sucedido algo similar, cuando militares golpistas habían intentado derrocar a Salvador Allende, pero él logró derrotar el intento.

Esta vez, las cosas sucedieron de manera diferente. Cuando llegué a la plaza, el Palacio estaba todo rodeado por tropas, Allende solo, en la ventanita desde donde solía hablar, con el fusil AK que le había regalado Fidel y el casco que le regalaron los mineros.

Allende ya había pronunciado su último discurso. Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) había llamado a Allende, y a través de su hija  Beatriz Allende, le proponía que depusiera a todos los mandos militares y nombrara a uno fiel, aunque fuera un militar de bajo rango. Miguel recomendó que Allende hiciera una declaración de llamamiento a la gente a la resistencia. Y que un comando del MIR estaba listo para entrar al Palacio y llevarlo a un barrio popular, porque era el presidente legal de Chile y seguiría siendo reconocido internacionalmente.

Allende le pidió a su hija que le respondiera que no podía hacer nada más, que cumpliría lo que siempre había dicho: saldría del Palacio de La Moneda al final de su mandato o muerto. Que más allá de ellos, nuevas generaciones abrirían las grandes alamedas del futuro Chile.

Allende hizo que su hija, embarazada y otras personas que estaban con él, salieran del palacio, rechazando la oferta de los golpistas de que él saliera. Solo quedaron unas pocas personas con él, entre ellos, la Payita, su compañera.

Allende regresó a su ventanita y recomenzó’ a disparar en contra de los golpistas, que habían fijado para el mediodía el momento para que el presidente se rindiera, porque de lo contrario, dispararían directo al Palacio de la Moneda.

Así hundió la economía chilena Salvador Allende, el marxista-leninista al  que admira Iglesias - Libre Mercado

Allende se negó sistemáticamente a entregarse a los golpistas, hasta que a las 2 de la tarde los cazabombarderos británicos empezaron a disparar sobre el Palacio de Moneda, que comenzaba a estar envuelto en un denso humo. Mirando ese escenario, sabíamos que Allende no sobreviviría y que con su muerte se moría también la democracia, que en Chile apenas había tenido dos breves interrupciones desde la estabilización de la independencia con Portales, en 1830.

Payita me dijo que Allende se retiró a su habitación en el Palacio y disparó a su barbilla con su fuzil, suicidándose. Llegada a México, a Hortencia Bussi de Allende el presidente Echeverría la convenció para que diga que su esposo no se había suicidado, sino que había muerto por disparos aéreos. Versión que quedó’ vigente por un tiempo, hasta que toda la izquierda chilena se rindiera a la versión de Payita, quien logró salir del Palacio en medio de los cadáveres y después obtuvo refugio en la embajada de Suecia.

Todo ello pasó el 11 de septiembre. El domingo 9 de septiembre, Allende se dio cuenta de que no podría mantener la presidencia y se propuso una operación política para intentar dividir a los golpistas. Allende pensaba realizar, el miércoles día 12, en cadena nacional, un referéndum, sobre un tema universitario, que seguramente perdería. Renunciaría y entregaría la presidencia al titular del Senado, Eduardo Frei, de la Democracia Cristiana, exmandatario de Chile.

Lo agarraron!” Representaciones del arresto de Augusto Pinochet en Londres  y el despertar del exilio chileno en Europa (1998-2000)

Pero Allende confesó’ sus planes al propio Augusto Pinochet, su ministro en el gobierno. Pinochet aceleró los planes golpistas, que estaban programados para más tarde, y los desencadenó el lunes por la noche, con la Armada de Chile iniciando un levantamiento en Valparaíso.

Durante mucho tempo los hoyos de los disparos de los golpistas en contra el Palacio de La Moneda quedaron como testigos de todo lo que había pasado. Más tarde incorporaron la foto de Allende. Me acuerdo de ir a recorrer esa imagen con Gladis Marín, entonces secretaria general del Partido Comunista de Chile, y Silvio Rodríguez. Posteriormente los hoyos fueron removidos, pero ya nada podría remover todo lo que había pasado aquel día en La Moneda.

Golpe de Estado en Chile de 1973 - Wikipedia, la enciclopedia libre

Allende murió heroicamente, con su propio fusil, el 11 de septiembre de 1973, hace 49 años, defendiendo la democracia que tanto amaba.

Escribió:  Emir Sader

Encuentro ineludible con el sociólogo y politólogo Emir Sader - PIT-CNT

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