Hay “Presidente en la sombra” y “Sub-presidente”?
“Dígale a su jefe, y al jefe de su jefe…”
En esos términos se dirigió el cineasta colombiano Rubén Mendoza a la vicepresidenta del país, Martha Lucía Ramírez, durante la inauguración del Festival de Cine de Cartagena en marzo de este año.
Al primero al que se refería el documentalista era, por supuesto, a Iván Duque, y el segundo aludido, el “jefe de su jefe”, era Álvaro Uribe Vélez.
El episodio es uno de varios que el mandatario ha tenido que soportar a lo largo de su primer año como máxima autoridad de Colombia.
Es más, diferentes analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que este fenómeno se ha convertido en una pesada carga que debe llevar Duque sobre la espalda
Esto debido a que, desde el momento en que se convirtió en el “elegido” de Uribe, en Colombia se comenzó a debatir sobre la independencia que tendría respecto al influyente patriarca político y jefe de su partido, el Centro Democrático.
Un año después de su ingreso a la Casa de Nariño, el presidente tiene luces y sombras en su paso por la primera magistratura, pero también la permanente sombra de uno de los políticos más influyentes y poderosos de este siglo en el país.
Las primeras señales
A principios de 2018, Iván Duque iba bastante rezagado en las encuestas presidenciales y todavía se encontraba en plena disputa con otros miembros de su partido por ganar la candidatura.
Todo se disipó cuando Álvaro Uribe lo escogió como su favorito y su salto fue de menos del 10% de la preferencia electoral a casi el 40%, ubicándose en pocas semanas como el favorito a ganar los comicios.
Finalmente Duque triunfó en las elecciones de mayo del año pasado con una ventaja significativa sobre su seguidor, Gustavo Petro, y ratificó su victoria en la segunda vuelta realizada a mediados de julio.
La politóloga Marcela Prieto señala que el trasfondo de lo que atraviesa Duque es que el país se encuentra “muy profundamente polarizado”.
“Al gobierno no solo lo perjudica la oposición sino su propio partido. Todos sabemos que Álvaro Uribe es el líder natural y yo creo que los muy uribistas de su partido sabotean los esfuerzos de Duque”, indica la analista a BBC Mundo.
Prieto añade que el ala radical uribista ha causado mucho daño a la gestión presidencial desde las primeras señales que mandaron con sus discursos al asumir como autoridades.
“Algunos no entendieron que ya no eran oposición, sino gobierno y que les correspondía buscar acuerdos”, concluye.
La agenda del gobierno
Otra de las grandes incógnitas que produjo el retorno del uribismo al poder era lo que podía pasar con el proceso de paz, al que este frente político se opuso de manera abierta.
En este ámbito, los analistas encuentran altas y bajas en el primer año de Duque.
Por un lado resaltan que el gobierno cumplió varios de los compromisos adquiridos y puso en marcha programas sociales que eran parte del acuerdo, pero también identifican que resultaron muy cuestionadas acciones como la presentación de las objeciones a la ley de la Jurisdicción Especial de la Paz (JEP) o la intención del gobierno de aplicar programas no voluntarios de erradicación de coca usando glifosato.
“Hay muchas decisiones que pareciera que las toma el uribismo duro. En muchos temas Duque se ha pronunciado de forma más alineada con el ala extrema de su partido, como en el glifosato o la JEP, pese a que por su perfil podría mostrar posturas más liberales”, indica el politólogo Nicolás Díaz.
El experto explica a BBC Mundo que lo que se ha visto en este año son cuestionamientos muy serios a la agenda presidencial porque “en muchos aspectos pareciera la agenda de Uribe” y pone como ejemplos el tema de Venezuela o las objeciones a la JEP.
“En ciertos temas dejan quemado al presidente”, concluyó Díaz, en referencia a que las presiones políticas de su partido lo hacen tomar posiciones que lo comprometen ante la opinión pública.
En abril de este año, el mandatario presentó seis cuestionamientos a la ley de la justicia para la paz, lo que le provocó una ola de críticas e incluso protestas callejeras.
Aquella decisión, que fue sugerida por Álvaro Uribe apenas unos días antes, provocó que defensores del acuerdo con la exguerrilla FARC acusaran a Duque de “permitir morir la paz” y de ser tildado por columnistas como “subpresidente”.
Sobre el tema, la analista Marcela Prieto afirma que ese episodio tuvo un alto costo para el presidente y el rechazo de las objeciones en el Congreso son muestra de la ingobernabilidad en la que se encuentra a veces por las posturas radicales.
“Ya se habían logrado acuerdos entre todos los actores políticos para el funcionamiento de la justicia para la paz y errores propios generaron ese fracaso político”, concluye.
Tanto Prieto como Díaz destacan que en el interior del partido oficialista también se percibe molestia porque el presidente no se muestra tan radical como ellos quisieran y gobierna con un gabinete en el que muchos de los históricos del Centro Democrático no fueron tomados en cuenta.
BBC Mundo solicitó durante el último mes una entrevista con Iván Duque para hablar de su primer año como mandatario, sin embargo no obtuvo una respuesta positiva de parte del gobierno.
Los logros
Pese a que el gobierno tuvo serios problemas para aprobar leyes en el Congreso, sobre todo en materia económica, Marcela Prieto reconoce que sí salieron proyectos importantes para la agenda de desarrollo económico que se quiere aplicar.
“También hemos visto proyectos en el área de infraestructura y vías para una conexión efectiva del país que se comenzarán a implementar”, afirmó.
Prieto también ve como positiva la intención de abrir la matriz energética tomando en cuenta la agenda ambiental, aunque también reconoce que está en debate la posibilidad del fracking en el país.
El mismo gobierno, a través de sus ministerios, ha resaltado los diferentes logros que se alcanzaron en este año de gestión.
El Ejecutivo destaca, por ejemplo, el incremento en incautaciones de sustancias ilícitas, operativos contra laboratorios de drogas y la captura de más traficantes de las mismas.
También son resaltados los avances hechos en política migratoria y en la administración de la cantidad inédita de venezolanos que ingresaron al país en los últimos años.
Incluso, el presidente Iván Duque aseguró que la cifra de asesinatos de líderes sociales se redujo desde que en su gestión se implementó un programa de protección especial para ellos.
Lo dijo este 26 de julio, en Cartagena, poco antes de que se realizara una movilización en contra de los homicidios selectivos de dirigentes en la que a Duque otra vez le recordaron que el peso de ser el elegido de Uribe, con todo lo que eso conlleva, lo tiene que llevar encima.