Sudán aprueba la penalización de la mutilación genital femenina con tres años de cárcel
La medida, que abre la esperanza en este ámbito en el país africano, todavía está lejos de los castigos más severos de las legislaciones internacionales
Sudán acaba de penalizar la mutilación genital femenina (MGF). La nueva norma permite castigar a su autor con tres años de cárcel, una medida que los activistas en contra de esta inhumana tradición dijeron que marca el comienzo de una “nueva era” para los derechos de las mujeres en la citada nación africana.
Casi nueve de cada 10 mujeres y niñas en Sudán, predominantemente de credo musulmán, han sido sometidas a la mutilación genital femenina, según demuestran datos que ofrecenlas Naciones Unidas. El procedimiento, aunque existen diferentes tipos y modos de acometerlo, generalmente implica la extirpación parcial o total de los genitales femeninos y pueden ir aparejados con una serie de problemas de salud que sufre la víctima, tanto físicos como psicológicos.
Legislaciones como la española castigan el mismo delito con penas de seis a doce años de prisión
El gobierno sudanés aprobó una enmienda a su legislación penal el pasado 22 de abril, declarando que cualquiera que realice MGF dentro de un establecimiento médico o en cualquier otro lugar se enfrenta tres años de prisión y una multa. Un castigo de esta naturaleza queda todavía muy lejos del marco legal de otros países. El codigo penal español castiga esta práctica con penas que van de los seis a los 12 años de prisión.
Pese a ello, se sigue considerando un avance sobre el terreno. Los grupos de derechos de las mujeres dijeron que el castigo ayudaría a terminar con la MGF, pero advirtieron que sería difícil cambiar de opinión en las comunidades que ven la práctica tradicional como necesaria para casarse con sus hijas.
“La prevalencia de la mutilación genital femenina en Sudán es una de las más altas a nivel mundial. Ahora es el momento de utilizar medidas punitivas para garantizar que las niñas estén protegidas de esta práctica tortuosa”, dijo Faiza Mohamed, directora regional de África para el programa Igualdad Ahora.
Los detractores de esta inhumana tradición en Sudán temen que las intervenciones se realicen ahora de un modo más clandestino y que haya agentes de la ley que se hagan los de la vista gorda
“Tener una ley contra la mutilación genital femenina actúa como un elemento disuasorio importante, sin embargo, Sudán se enfrentará a grandes desafíos para hacer cumplir la legislación. Las comunidades pueden buscar formas de evitar la detección, a la vez que aquellos funcionarios que creen en esta práctica pueden obviar la ley”, advirtió Mohamed.
Se estima que 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo se han sometido a la mutilación genital femenina, que se practica en al menos 27 países africanos y partes de Asia y Oriente Medio. Las niñas pueden desangrarse o morir a causa de infecciones, mientras que la mutilación genital femenina también puede causar complicaciones fatales en el parto más tarde, dicen expertos en salud. En Sudán, más de tres cuartos de los procedimientos son realizados por enfermeras, parteras u otro personal médico, dice el grupo de campaña anti-MGF 28 Too Many.
En muchos casos, la mayor parte de la abertura vaginal se cose después de la extracción de los genitales externos, una práctica conocida como infibulación que puede provocar quistes, lesiones en la uretra, relaciones sexuales dolorosas e incapacidad para llegar al orgasmo.