TENIS. “Llámame Coco”

"Llamadme Coco"
MATTHEW STOCKMAN AFP

Con 15 años, Gauff es la gran sensación local en el US Open, a la altura de Serena Williams. Este sábado enfrentó a la campeona Naomi Osaka.

Nueva York alucina con Cori ‘Coco’ Gauff, la adolescente de 15 años que se ha convertido, desde que despuntó en Wimbledon, en la gran sensación del tenis estadounidense, a la altura incluso de Serena Williams. En Londres jugó la previa con una invitación y llegó a octavos y en el US Open, la wild card (polémica porque ya había recibido antes las tres que permite la WTA para jugadoras de su edad) se la dieron directamente para el cuadro principal. En su primer partido, volteó el marcador para vencer a la rusa Potapova y en el segundo resistió el intento de remontada de la húngara Babos.

Esas dos rondas las jugó en la pista Louis Armstrong, con 14.000 espectadores abarrotando las gradas en cada partido. Y este sábado (01:00), la niña prodigio de la USTA saldrá a la central, la Arthur Ashe (23.771) para enfrentarse a la número uno del mundo y vigente campeona, Naomi Osaka. El duelo fue programado para coincidir con el prime time televisivo estadounidense (19:00, 01:00 en España), en horario de máxima audiencia.

“Creo que no vi asientos vacíos. Estoy superhonrada por ser americana y jugar en Nueva York. Esto es solo el principio y prometo que siempre lucharé por vosotros”, espetó Coco a la afición tras meterse en tercera ronda. Luego confesó que aún se siente sobrecogida por lo que le pasa: “Para mí todavía es salvaje. Esta es la primera vez… bueno, no la primera, porque en la primera ronda escuché un cántico con mi nombre, pero en este partido fue mucho más fuerte y consistente. Tal vez piensan que soy como los Warriors en el séptimo partido de la final o algo así. Eso se suele hacer para animar un equipo. Fue genial”, dice Cori, que prefiere que le llamen Coco. “Puedo ser la chica nueva, pero gane o pierda, llamadme Coco”, escribió en Instagram con el hastag #CallMeCoco, que se ha convertido en su sello.

Aún es una niña, pero ­Gauff actúa como una veterana. Maneja con sorprendente sabiduría las situaciones en los partidos. Su tenis es simple, sin golpes definitivos, saca bien y se emplea de forma notable cerca de la red, con una capacidad innata para ejecutar las voleas. Juega en dobles para pulir ese tipo de juego y ganar rapidez. Hace pareja con su compatriota Caty McNally, otra teenager (17 años), eliminada ya por Serena. El viernes, las dos se entrenaron juntas a un par de pistas de Nadal, que se preparaba para su partido contra Chung. Después ganaron a Goerges y Siniakova.

Este sábado, a Coco le esperaba el segundo gran reto de su corta carrera. En Wimbledon cayó ante la ex número uno y a la postre ganadora del torneo, Simona Halep. Está vez se cruzó con Osaka, que puede ser su espejo, porque con 21 años ya ha ganado dos Grand Slams y es casi más americana que japonesa (apenas maneja su idioma materno y vive en Boca Ratón, Florida). “Ella es increíble. Tenía curiosidad por ver cómo mi juego se enfrenta al suyo.

El viernes, su ídolo, Serena, pasó a octavos con una victoria contundente ante la checa Muchova (6-3 y 6-2). Solo la vería en una hipotética final que sería un sueño para los estadounidenses, que disfrutaron también con la pareja más joven que ha ganado nunca un partido de dobles en el torneo: Damm (15 años) y Kodat (16).Sangre nueva para el tenis USA.

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