Uruguay. El adiós de Pepe Mujica al Senado: “Lo único que hice fue sembrar ideas”
El expresidente de Uruguay, José (Pepe) Mujica anunció su retiro como senador del país para el próximo 14 de agosto, aunque aclaró que no se alejará de la vida política ni de la legislatura.
Mujica indica que su decisión “no significa un abandono de la actividad política‘ni tampoco salir a pelear por mi candidatura’ a la presidencia” aclaró el exmandatario.
En conversación con medios de prensa uruguayos Mujica, resaltó que, decidió retirarse porque ‘siento que no voy a tener energía para atender el Parlamento’ y los requerimientos que tiene de viajar al exterior que ‘no puedo eludir’, apuntó.
Pepe Mujica comentó que tiene previsto atender una serie de compromisos internacionales en Argentina, España, Italia y Francia a partir del 21 de agosto.
Sobre la campaña electoral del 2019, Mujica indicó que participará si está vivo y ayudará al sector al cual pertenece y al Frente Amplio a alcanzar un nuevo triunfo electoral.
Tranquilo, con la voz pausada que lo identifica, sin dramatizar la situación y como si fuera una decisión más en su vida política, José Alberto Mujica Cordano, “El Pepe”, anunció el final de su largo periplo parlamentario. “Hasta aquí llegamos”, dijo el expresidente minutos después de hablar por última vez en la Comisión de Hacienda.
De la misma forma que en 1995 entró por primera vez a la Cámara de Diputados y se sentó sin mayores alardes en su banca para comenzar a construir su rica y exitosa historia parlamentaria, Mujica participó (23 años después) de su última reunión de comisión, y lo hizo hablando de los temas que siempre lo desvelaron: la injusticia, la desigualdad, la lucha para construir una sociedad más justa e igualitaria, el trabajo de los pequeños productores, y el poder dominante del mercado.
Daría para hacer un libro solo de sus vibrantes participaciones en temas que marcaron las últimas décadas de la historia del país, convertido en auténtico defensor de las causas populares. Desde su banca fue construyendo su imagen de político sagaz, luchador, valiente y comprometido hasta la médula con las grandes ideas progresistas.
Sin embargo, nunca perdió su humildad. ¿Qué ha cambiado en todos estos años?, le preguntaron alguna vez los periodistas “No he cambiado nada, la única cosa que hice y lo hago es sembrar ideas, allí donde veo una pequeña luz en el horizonte”, fue la simple respuesta que lo pinta de cuerpo y alma.
Este hombre, convertido en ícono mundial, aplaudido y admirado por los más grandes líderes del planeta, habló ayer por última vez en una comisión de trabajo parlamentario. Y como si fuera un día cualquiera en su vida, sin lágrimas ni grandes discursos, pidió la palabra y convertido en el agricultor que nunca dejó de ser, se refirió una vez más a las injusticias que sufre la gente del campo, la que trabaja su pequeña parcela de tierra y ve como su esfuerzo se diluye, mientras las ganancias quedan en las grandes cadenas que dominan el mercado.
El Pepe. Genio y figura. Nada mejor que tomarse unos minutos de este día y leer textualmente sus palabras, como síntesis de una jornada que ya es parte de la historia política del Uruguay:
“Sé que esto que voy a decir les va a parecer que viene como atrás de un palo. Como algunos señores senadores saben, vivo en un barrio de chacras verduleras. Una lechuga cortada, una acelga, un tomate, ¿cuánto tiempo puede estar en los estantes de los supermercados antes de ser vendido? ¿Una semana? Las cadenas de supermercados están pagando a ciento veinte días. En términos reales, están jineteando a la gente que trabaja y produce. El efecto que esto genera es que el grueso de los pequeños productores no tiene espalda para soportar semejante capacidad financiera”.
“Por lo tanto, se va produciendo un proceso de concentración y van quedando los grandes productores que tienen capacidad de crédito. Si se está muy desesperado, se puede hacer gestiones y algunas cadenas pagan en menos días, pero hacen un descuento”.
“Creo que esto es un abuso de posición dominante que a la larga termina perjudicando a los consumidores porque saca de la competencia y de la oferta a los pequeños productores. Estos tienen que ir a la feria o vender en un boliche, y no pueden acceder a los grandes mercados. A modo de ejemplo: Un supermercado paga $ 28 por un paquete de lechuga a ciento veinte días y lo vende a $ 80 como oferta”.
“Sé que existe la libertad de comercio, pero creo que habría que estudiar si no se puede fijar un parámetro para que exista la obligación de pagar a cuarenta y cinco días o en un plazo más razonable porque esto termina perjudicando a los consumidores; les están jineteando la plata. No exijo que se tenga que pagar al contado, pero por lo menos que lo hagan en un plazo razonable. ¿Hay que esperar tres o cuatro meses para que paguen la verdura? Eso es inadmisible”.
“Quiero dejar el tema en la cabeza de los señores senadores porque este es el último día que concurro a las reuniones de esta comisión. Como he señalado, esto viene siendo una sangría, un proceso de concentración de la oferta y es el establecimiento de una forma de pésima competencia, que está liquidando a los pequeños productores. Quizá la comisión pueda citar a la Confederación Granjera del Uruguay o a las gremiales. Como he dicho, esto es un abuso y creo que –cualquiera sea el color político– todos se dan cuenta de que esto es un disparate”.