Venezuela. A 154 años del nacimiento del médico José Gregorio Hernández

 Se le venera como el doctor de doctores, el medico de los pobres.
Fue el precursor de los estudios pedagógicos en materia científica y,
se  lo recuerda con fe por su labor como hombre solidario, caritativo y generoso.

Durante su vida José Gregorio Hernández Cisneros, fue un médico de profesión, quien fue ejemplo de rectitud y servicio a los pobres, quienes lo conocieron indican que este era un hombre con una profunda vocación religiosa, carismático, educado y siempre dispuesto a dar su ayuda a los demás.

Este trujillano nació el 26 de octubre de 1864, inició sus estudios en medicina en la Universidad Central de Venezuela a los 17 años, al graduarse el 29 de junio de 1888 ya se le consideraba un hombre increíblemente capaz e inteligente, ya que dominaba el latín, portugués, ingles, francés, italiano y alemán, además era músico, filosofo y amante de la teología.

Realizo distintos estudios de medicina en Europa, lo que al regresar a Venezuela le dio la oportunidad de impartir clases en su alma mater y así ofrecer esos nuevos conocimientos y materiales innovadores a la escuela del Hospital Vargas, gracias a esto llega el microscopio a Venezuela.

Fue fundador de la cátedra de Bacteriología y profesor de la Anatomía Patológica Practica, a su vez escribió varios libros de medicina que fueron publicados y otros 2 que quedaron ineditos.

El 16 de julio de 1908 decide hacerse religioso e ingresa a la orden de San Bruno, aunque regreso a su vida como académico el 21 de abril de 1909.

El 29 de junio de 1919 es atropellado en la esquina Amadores de la parroquia “La Pastora” en Caracas, se presume que fue producto del primer automóvil traído a Venezuela, este fue llevado al Hospital Vargas donde falleció y sus restos están sepultados en la Iglesia de la Virgen de la Candelaria.

Muchos han sido los esfuerzos de los feligreses para obtener su beatificación, aunque hasta los momentos solo ha podido tener el titulo de Venerable desde el 16 de enero de 1986 por el Papa Juan Pablo II, de este convertirse en santo sería el primero en ser de nacionalidad venezolana.

Después de tantos años de su muerte, aun son muchos sus feligreses de los cuales destacan los estudiantes de medicina, enfermeras y demás personas relacionadas a la salud que sin el ser santo lo veneran por sus actos de nobleza y capaz de compartir todo lo que tenia con los más necesitados.

A 154 años de su nacimiento, Venezuela lo venera como el doctor de doctores, el medico de los pobres y el precursor de los estudios pedagógicos en materia científica, además de su buena actitud y disposición para con los demás.

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