VIRGINIA VALLEJO.

Crímenes violentos, pandillas, tiroteos masivos, ¿qué tienen en común? Las armas. ¿Es posible prevenir la violencia armada con un control de armas más estricto? Aunque a muchos les pueda parecer contrario a toda lógica, hay quienes ven en las armas la garantía para una sociedad más segura.

Los presentadores, Virginia Vallejo y Nicolás Sánchez O’Donovan, conversaron con defensores y detractores del control de armas para entender mejor este tema fundamental de la cultura de EE.UU.

‘Sueños y pesadillas’ se adentra en el polémico y complejo mundo de la posesión y uso de armas en Estados Unidos, una realidad que parte de una muy particular concepción cultural y política de la libertad individual, que en cualquier caso genera una fuerte polémica y divide a la opinión pública de la nación. Para iluminar la cuestión, varios activistas y profesionales colaboran aportando sus puntos de vista. 

Uno de ellos es Ed Scruggs. Es el vicepresidente de Texas Gun Sense, una organización dedicada a la prevención de la violencia con armas de fuego, y asegura que el número de muertes causadas por este tipo de armamento permanece relativamente estable a lo largo del tiempo, pero que “sin embargo, los incidentes graves, como los tiroteos masivos que salen en las noticias, se están incrementando rápidamente”. Scruggs se refiere al fenómeno de la violencia armada en EE.UU. como un problema “realmente polifacético“.

Precisamente una de las facetas del problema es el fácil acceso a las armas. Una visita a un establecimiento de la firma Central Texas Gun Works, donde se pueden comprar todo tipo de armas de fuego, permite recoger el testimonio de su director Michael Cargill, que explica que con tan solo rellenar un formulario y hacer una llamada técnica al FBI –un proceso que no se demora más de 5 minutos– es perfectamente posible adquirir un arma de manera inmediata.

“Estamos orgullosos de ello”

“Aquí [en EE.UU.] tenemos armas de fuego, tenemos la segunda enmienda y estamos orgullosos de ello”, asegura este comerciante, que explica además que “al fin y al cabo, todo se reduce a eso: EE.UU. es la policía del mundo. Cuando alguien necesita ayuda, acude a EE.UU., y nosotros estaremos ahí para ayudar, porque tenemos todas las armas“.

Por su parte, Virginia Vallejo describe la cuestión del acceso a las armas en Colombia, donde las puede tener el Ejército, la Policía y los guardaespaldas de los funcionarios, aunque también las pueden conseguir los delincuentes y la mafia. ¿Qué pasaría si fueran legales? “Se matarían los unos a los otros, no quedarían vivos”, estima la periodista.

Más adelante en el programa, el exagente del FBI Arturo Fontes aporta su propia visión del problema, basada en una experiencia de más de 26 años investigando y combatiendo organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y otros delitos. Fontes explica que este tipo de mafias obtiene sus armas a través de personas sin antecedentes penales que las adquieren sin problemas. En opinión de Fontes “hay que regular un poquito más” la venta de armas, pero admite que eso “va a ser difícil“.

“Aprender el manejo de un arma es relativamente fácil, lo difícil es saber cuándo apretar el gatillo y, una vez disparada esa arma, cómo vivir con la carga de la conciencia de una muerte, ya sea premeditada o por un simple error”, opina Vallejo. En este sentido, agrega que “ningún instructor puede enseñarte algo así”, de la misma forma que nadie puede enseñarle a la sociedad estadounidense a mantener viva esta “tradición arriesgada” reduciendo al mismo tiempo el número de víctimas. Se trata de “un dilema al que solo los propios estadounidenses deberán encontrar solución”, concluye la periodista.

Para conocer más a fondo estos testimonios y muchos otros recogidos en esta edición del programa, les recomendamos que vean completo el video que les ofrecemos. 


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