Petro heredero altivo de una tradición rebelde y de las voces que nunca se humillaron ante el poder
Es innegable que estamos frente a un fenómeno político de masas, una marea popular que no se veía desde hace muchísimo tiempo en Colombia: no hay plaza pública a donde vaya Petro que no se llene hasta las banderas. Solo en la tarima, sin ayuda de memoria ni telepronter, el orador despliega un discurso de casi dos horas que cautiva a sus oyentes, en su gran mayoría hombres y mujeres humildes y sobre todo jóvenes.