Fútbol colombiano. América de Cali
rohibido ceder el trono. América de Cali sufrió, como era de esperarse, pero al final consiguió la anhelada estrella de Año Nuevo. El elenco de Juan Cruz Real supo desarmar a Santa Fe en la segunda mitad, pese al envión anímico por los dos goles antes del descanso, y de esta manera estampa su estrella 15 en el escudo, igualando a Millonarios como el segundo club más ganador del FPC.
Atípica o no, final es final. América, con gran parte de la nómina que derrotó hace un año a Junior, lució por momentos muy superior a su rival, que salió con el cuchillo entre los dientes, pero sin lastimar la portería de Joel Graterol. Balonazos caían como bombas, no obstante el venezolano desactivaba éstos de manera muy segura.
Cuando el epílogo del primer tiempo se asomaba por la ventana, el Cardenal pegó en un abrir y cerrar de ojos. La pelota parada era la vía para ver el horizonte y así fue. Jeisson Palacios se vistió de killer y en un balón suelto tras un tiro de esquina realizó una tijera que infló la red de la portería norte. Y cuando ya se jugaba la última acción antes del descanso llegó el segundo festejo. Con polémica, eso sí. Sambueza, sin marca por la derecha, enganchó y se sacó de encima a Yesus Cabrera y la clavó bien esquinada en el palo derecho del venezolano.
Con el agua al cuello, la segunda mitad se dejaba ver como una película de terror. Sobre todo para Juan Cruz Real y los suyo. Sin embargo, el DT, cuestionado desde su arribo, supo mover las fichas del ajedrez y desarticuló la ofensiva capitalina. Santa Fe se nubló y fue el visitante el que tuvo la chance de subir una raya en el marcador. Adrián Ramos, el de la experiencia, se vio en una jugada completamente solo ante Leandro Castellanos, pero tal eran las ganas de anotar que su remate se estrelló en el larguero.
La Mechita jugaba como en el Pascual y encontró espacios para liquidar, pero el oxígeno también jugaba en contra. Por su parte, Harold Rivera probaba variantes y ninguna lograba dar en la tecla. Pasaban los minutos y Graterol tampoco tenía exigencia. Ya en el a todo o nada, el Cardenal tampoco supo descifrar la adivinanza y terminó domado el León, rozando el milagro. Ganó Santa Fe, pero el que terminó celebrando fue el América, que de esta manera demuestra que el que ha caído es aún más fuerte que el que no lo ha hecho.