A jugadores como Roger Federer, leyenda en activo del tenis, no conviene enfadarles cuando las cosas no les van del todo bien, porque al irritarse desatan su ira y se llevan por delante a quienes tienen el valor y la pericia de ponerse enfrente. Eso es lo que ha pasado este cálido miércoles en la Rod Laver Arena de Melbourne.

El suizo empezó flojo, destensado, y Tomas Berdych, un rival que le conoce bien(se han enfrentado con esta 26 veces, 14 en Grand Slams, y es uno de los duelos más repetidos en la Era Open), aprovechó el despiste y se colocó con un 5-2 que parecía empujarle sin remedio hasta la victoria parcial en el primer set. Pero un supuesto saque directo del checo cantado como bueno por los jueces con 5-3 y 30-40 para Federer en el marcador, fue reclamado para su revisión por el ganador de 19 majors. El ojo de halcón falló y el árbitro, el irlandés Fergus Murphy, se disculpó diciendo que el gráfico no podía reproducirse pero que la bola había sido buena. A Roger esto no le sentó nada bien y protestó: “¿No funciona el gráfico y usted da por bueno el punto, sin más?”. Seguro que a Berdych tampoco le hizo gracia el enfado del helvético y se temió lo peor. A partir de ahí, Federer sacó todo su arsenal para remontar la manga y ganar las dos siguientes por la vía rápida. Al final, 7-6 (1), 6-3 y 6-4 en dos horas y 14 minutos.

Halep da buena cuenta de Pliskova

Simona Halep no ha tenido apenas dificultades para apear en cuartos del Abierto de Australia a Karolina Pliskova, una de sus perseguidoras por el número uno que ella ostenta (ya solo queda en el torneo Wozniacki). La rumana ha ganado por 6-3 y 6-2 a la checa en 71 minutos con 20 golpes ganadores y un 76% de puntos ganados con el primer servicio. Además, solo encajó un break mientras que ella sumó cinco. Halep persigue su primer título de Grand Slam y es la tercera vez que se clasifica para las semfinales de alguno, tras Wimbledon 2014 y el US Open 2015. De momento, esa es su barrera.

Para mantener el liderato del ranking de la WTA tiene que obtener el mismo o mejor resultado que Wozniacki. Es decir, si ambas quedan eliminadas en semifinales, lo mantendrá. Pero si cae y avanza la danesa lo perderá. Si ambas llegan a la final, Halep necesitaría ganar para seguir en el trono.

La exnúmero uno del mundo ha confirmado este miércoles que es firme candidata a repetir título en el Abierto de Australia tras un 2017 que no fue bueno para ella. De momento, ya está en semifinales después de pasar por encima de Madison Keys (6-1 y 6-2), finalista del último US Open que venía de dar muy buenas sensaciones en octavos de final al arrasar a Caroline García.

Kerber no ha dado opción en ningún momento a la estadounidense a quien ha superado ampliamente en solo 51 minutos, con un 83% de puntos ganados con el primer servicio y 13 winners, pocos. La mayor fortaleza de la alemana es su consistencia desde la línea de fondo, y ahí volvió a ser una roca casi impenetrable.

A sus 30 años, es la sexta vez que Kerber alcanza las semifinales de un Grand Slam. Campeona en Australia y Nueva York, busca aquí su tercer título. Antes tendrá que superar a Halep, que también barrió a Pliskova. Y un dato para acacar: ha ganado sus últimos 14 partidos.