BIELORRUSIA Lukashenko obliga a la opositora Tijanóvskaya a irse a Lituania
La candidata que desafió al presidente bielorruso y denunció fraude electoral deja dos vídeos que indican coacciones
Svetlana Tijanóvskaya, que el lunes tuvo el coraje, o la imprudencia, de rechazar la victoria electoral del presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, se encuentra desde ayer en Lituania, según confirmó el ministro de Exteriores de este país báltico, Linas Linkevicius, Tijanóvskaya habría salido de madrugada (son menos de tres horas por carretera) mientras en Minsk y otras ciudades se vivía otra noche de protestas, porrazos y detenciones, y se contaba una segunda víctima mortal, en circunstancias poco claras.
¿Acaso alguien pensaba que un ama de casa de 37 años, exprofesora de inglés, podía enfrentarse a Lukashenko sin mayores consecuencias? Todos los que lo han hecho están presos o fuera del país. Tijanóvskaya fue invitada a irse…
El pasado lunes, la candidata novel –que sustituía tanto a su marido, detenido desde mayo, como a otros dos opositores– confesaba no saber muy bien qué hacer pero aseguraba que no dejaría el país. Acudió entonces a la Comisión Electoral y allí pasó varias horas. Sus colaboradoras no lograron hablar con ella por teléfono. Según el canal alternativo bielorruso Belsat, fue entonces conducida a la frontera por agentes de la seguridad del Estado junto a su jefa de campaña, María Maroz, quien por cierto estaba detenida desde la víspera de las elecciones. Según medios lituanos, tendrán que pasar 14 de días de cuarentena por el coronavirus,
En minsk y otras ciudades
Dos muertos y miles de detenidos, según la versión oficial, en dos noches de protestas
Antes de partir, Tijanóvskaya grabó dos vídeos. El primero, difundido en YouTube, era dramático. “Pensé que la campaña presidencial me había dado tanta fuerza que podría aguantarlo todo, pero parece que sigo siendo la misma mujer débil. He tomado una decisión increíblemente dura (…) Cuidaos. La vida vale más que todo esto que está pasando. Los hijos están por encima de todo”. Esta última frase hace pensar que podría haber sufrido algún tipo de amenaza, porque ella misma ya tuvo la precaución de enviar a sus hijos a Lituania días atrás. Poco después, un canal oficialista emitió un segundo vídeo en el que Tjjanóvskaya leía un comunicado en el que se decía: “El pueblo de Bielorrusia ha hecho su elección (…) No quiero sangre y violencia. Les pido que no se enfrenten a la policía, que no salgan a la plaza para no poner en peligro sus vidas”. La versión oficial decía que este mensaje había sido grabado ya fuera de Bielorrusia, pero el canal ruso Dozhd identificó el sofá verde en el que se sentaba Tijanóvskaya: era el del despacho de la presidenta de la Comisión Electoral, Lidia Yermóshina.
Para las colaboradoras de Svetlana Tijanóvskaya es más que evidente que no tuvo más remedio que dejar el país. Parte de su equipo sigue detenido. En la noche del lunes se habrían practicado 2.000 arrestos, según el Ministerio del Interior. La organización Viasna hablaba ayer de varios heridos graves y numerosos periodistas extranjeros –algunos de ellos rusos– detenidos.
De hecho, no queda nadie prácticamente para encabezar la protesta popular. Y es obvio que, de todas formas, Tijanóvskaya no estaba suficientemente preparada. “La situación aún está abierta, creo que no se puede decir que no vaya a pasar nada”, opina la experta en el espacio postsoviético Carmen Claudín, investigadora asociada del Cidob. “La incógnita es la capacidad de la sociedad civil bielorrusa y hasta dónde está dispuesta a llegar”. Ayer había llamamientos a la huelga general y varias fábricas eran custodiadas por la policía.
¿HASTA DÓNDE PODRÁ LLEGAR?
Del equipo de la candidata no queda casi nadie, todo depende de la sociedad civil
Todavía se espera una reacción formal por parte de la Unión Europea más allá de la condena de la violencia policial. Alemania ha pedido que se restablezcan “rápidamente” las sanciones europeas al régimen de Lukashenko, que se levantaron en parte en el 2016. Por parte de Rusia, “algunos medios del establishment han sido muy duros con Lukashenko –señala Claudín–. Rusia tiene una actitud ambigua. Se trataría de debilitar la imagen de Lukashenko para después presionarle en el sentido de que solo Rusia le garantiza la continuidad; es decir, estabilizar la situación para luego buscar un recambio”. Lo único claro es que “de una forma u otra, los días de Lukashenko están contados”.