COVID-19. El liderazgo femenino en el mundo y el de Claudia López en Colombia
7 mujeres que están al frente de algunos de los países que mejor están gestionando la pandemia
Las respuestas ante la pandemia del nuevo coronavirus varían según cada país, pero hay algo que tienen en común algunas de las que han sido más alabadas: se han dado en naciones lideradas por mujeres.
Desde Europa hasta Asia, 7 naciones con mujeres al frente destacan por su temprana intervención o por su capacidad de hacer tests y aislar adecuadamente a los pacientes.
Son 7 países en los que, según datos periódicos de la Universidad Johns Hopkins, se registra (en proporción) un bajo número de fallecidos por covid-19. Estas son sus cifras a 16 de abril:
PAÍS | LÍDER | NÚMERO DE FALLECIDOS (por covid-19) |
Dinamarca | Mette Frederiksen | 309 |
Islandia | Katrín Jakobsdóttir | 8 |
Finlandia | Sanna Marin | 72 |
Alemania | Angela Merkel | 3.804 |
Nueva Zelanda | Jacinda Ardern | 9 |
Noruega | Erna Solberg | 150 |
Taiwán | Tsai Ing-wen | 6 |
En los últimos días, medios como la cadena CNN o la revista Forbes -que publicó un informe basado en datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés)- aseguraron que las respuestas de estos países fueron las “mejores” frente a la pandemia.
“Las mujeres en puestos de liderazgo están haciendo un trabajo desproporcionadamente grande a la hora de gestionar la pandemia, ¿por qué no hay más?”, reflexionaba la socióloga Leta Hong Fincher, quien ha escrito sobre feminismo para los diarios New York Times y Washington Post, y es autora de varios libros sobre el fenómeno de las “mujeres sobrantes” en China.Saltar las recomendaciones
El hecho de que haya una mujer al frente en estos países llama la atención en un mundo en el que menos del 7% de los líderes globales son mujeres, según estadísticas de la Unión Interparlamentaria publicadas por Naciones Unidas en 2019.
¿Pero quiénes son ellas y qué define el éxito de su estrategia?
1. Alemania
La alemana Angela Merkel, física de formación y canciller en su país desde 2005, tomó medidas mucho antes que sus vecinos europeos.
“[La pandemia del nuevo coronavirus] es un asunto que hay que tomarse en serio”, dijo en su momento. Por eso mandó a hacer tests a la población antes que otras naciones del mundo.
El resultado es que la tasa de mortalidad en Alemania es mucho más baja que la de sus vecinos europeos.
Y, según le contó a BBC Mundo el Instituto Robert Koch de Virología, responsable de la estrategia alemana frente al covid-19, una de las claves habría estado en la identificación temprana de los portadores del virus para frenar la expansión de la enfermedad.
- De hecho, su gestión frente a esta crisis sanitaria ha reforzado la imagen de Angela Merkel e incluso la ha posicionado en lo más alto del ranking mundial en la lucha contra el covid-19.
2. Dinamarca
Algunos medios, como el canal francés France 24, hablan de Dinamarca como la “excepción europea” del coronavirus.
La socialdemócra danesa y exministra de Justicia Mette Frederiksen, quien ocupa el cargo de primera ministra del país desde 2019, también reaccionó con prontitud, cerrando fronteras antes que sus vecinos.
También llamó la atención una breve conferencia de prensa -de tan solo tres minutos- en la que la mandataria respondió a preguntas de niños y niñas del país, siguiendo el ejemplo de Noruega.
Esta semana, Dinamarca reabrió guarderías y colegios. Es el primer país de la Unión Europea en hacerlo, pero Frederiksen señaló que se hará de manera “controlada” y “prudente”.
3. Finlandia
La reacción de la primera ministra más joven del mundo, la finlandesa Sanna Marin, de 34 años, también ha sido muy aplaudida.
El índice de aprobación entre sus compatriotas por su gestión de la pandemia, con solo 72 muertes (a 16 de abril) entre una población de 5,5 millones de habitantes, es del 85%, según datos nacionales.
Y es que a Marin la pandemia no le pilló desprevenida.
Una de las claves fue el abastecimiento a lo largo de décadas de la Agencia Nacional de Abastecimiento de Emergencia (HVK, por sus siglas en finlandés) para hacer frente a todo tipo de crisis, lo cual le permitió disponer de suministros médicos y equipos necesarios para tratar a los pacientes.
El país anunció este miércoles que pone fin al aislamiento en la región de la capital, Helsinki, después de tres semanas, aunque continúa recomendando a sus ciudadanos que eviten viajar y no descarta volver a introducir medidas si fuera necesario.
4. Islandia
Islandia ha mantenido hasta ahora al coronavirus a raya gracias a una estrategia que, según le dijo a BBC Mundo la epidemióloga islandesa Kristjana Asbjornsdottir, profesora de la Universidad de Washington, en EE.UU., es “única en el mundo”.
Su primera ministra Katrín Jakobsdóttir, quien además es presidenta del Movimiento de Izquierda-Verde, ofreció pruebas gratuitas para detectar el nuevo coronavirus a todos los ciudadanos.
Es lo que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Pruebas, pruebas y más pruebas”.
La nación insular también estableció un sistema para localizar y aislar a los contagiados, evitando cerrar escuelas.
5. Noruega
Las claves de la gestión del vecino escandinavo de Finlandia son, de nuevo, la previsión y el buen manejo del tiempo, aplicando medidas estrictas desde una fase temprana del brote.
El país nórdico fue uno de los primeros de Europa en reaccionar a la pandemia desde que detectó el primer caso nacional, el 26 de febrero.
Una de las acciones más originales por parte de la primera ministra, Erna Solberg, fue una conferencia de prensa en la que respondió a preguntas de los niños y trató de tranquilizarles, explicándoles que no pasaba nada por tener miedo o estar asustados.
“Fue una idea innovadora”, señaló en Forbes Avivah Wittenberg-Cox, directora ejecutiva de la consultora Global 20-first.
6. Nueva Zelanda
El caso de Nueva Zelanda es uno de los más comentados.
Suze Wilson, profesora de Liderazgo y Desarrollo Ejecutivo en la Universidad Massey de Nueva Zelanda, escribió en The Conversation que la respuesta de su país frente al coronavirus fue “magistral”.
La primera ministra Jacinda Ardern propuso una estrategia que consiste en eliminar la curva (al contrario de aplanarla, como otros países).
Para ello, tomó medidas tempranas e impuso el confinamiento cuando apenas había seis casos confirmados en todo el país.
También prohibió la entrada de extranjeros y obligó recientemente a los neozelandeses que regresan a ciertas partes del país a aislarse por 14 días.
A fecha de 16 de abril, solo se reportan nueve fallecidos y poco más de 1.000 casos confirmados.
7. Taiwán
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, también reaccionó con rapidez y decisión.
En enero, cuando apenas se habían detectado las primeras señales de un nuevo coronavirus en el plano internacional, la mandataria introdujo 124 medidas para frenar su avance.
No tuvo para ello que recurrir al confinamiento de su población.
Además, el país ha enviado millones de mascarillas a Estados Unidos y a Europa para combatir el virus.
El país tiene por ahora (a 16 de abril) 395 casos confirmados (la mayoría de ellos importados), 124 recuperados y solo seis fallecidos.
El ministro de salud y director del Centro de Comando de Epidemias, Chen Shih-chung, dijo este martes que, por primera vez, no se detectaron muertes en el país asiático en las últimas 36 horas.
Son muchos las preguntas que surgen con respecto al Covid-19. Si para muchos adultos es difícil cumplir la cuarentena o aislamiento voluntario, para los niños puede ser aún más complejo entender por qué tienen que estar encerrados.
Para resolver sus dudas, Ena Solberg, la primera ministra noruega, realizó una conferencia de prensa pensada exclusivamente en los niños donde ellos realizaron preguntas a través de internet o por medio de cartas, del estilo como ¿qué pasaría con la fiesta de cumpleaños que llevaban preparando?, ¿hasta cuándo tendrán que estar en casa con papá y mamá sin poder ver a los abuelos?, o si ¿el virus podría afectar a las mascotas?.
Al respecto, Solberg dijo:
“Esto está dando miedo a muchos niños, lo entiendo perfectamente, de hecho pueden estar un poco asustados, están sucediendo muchas cosas grandes a la vez, está bien tener un poco de miedo a ser contagiado con el nuevo coronavirus, pero sabiendo que es inofensivo para la mayoría de nosotros. Los niños solo se ponen un poco enfermos y el quedarte en casa ayuda a evitar que otras personas se contagien”.
“Está bien tener miedo cuando suceden tantas cosas al mismo tiempo”, fue el mensaje de la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, a los niños del país nórdico en una conferencia de prensa para resolver sus dudas sobre el coronavirus
Claudia López estaba en lo correcto, tenía el pulso de los expertos y del ciudadano. La prioridad es la salud, sin eso no hay nada.
Quedaba un mes para las elecciones a la alcaldía de Bogotá. La noticia no podía ser más desalentadora para Claudia López: por primera vez estaba de segunda en las encuestas. La había pasado Carlos Fernando Galán. Parecía un anticipo de lo que pasaría el 26 de octubre de 2019. Era innegable que el momentum estaba con Galán. Claudia López se había dejado tentar y la opinión pública se la estaba cobrando.
Históricamente, es difícil devolver al momentum, más cuando la falla –el temperamento explosivo– es inherente al candidato o candidata. Hay que ejercer gran control para cambiar la trayectoria. Claudia López lo hizo. Mostró una madurez avanzada y de estadista. Y le funcionó: consiguió más de un millón de votos y se convirtió en la primera alcaldesa de la capital
En los siguientes días mostró calidad de liderazgo al reunirse con sus tres rivales y pedirles colaboración. No es una actitud habitual y le dio ventajas como una lideresa abierta.
Ya como alcaldesa tuvo otro gesto: apoyó a Galán como presidente del Concejo y no al candidato de los verdes. Es una decisión valerosa porque los proyectos de acuerdo principales se aprueban en el primer año. Su actitud fue recibida muy bien: 72 por ciento de aprobación en las encuestas. Desde la época de Antanas Mockus, no se veía un arranque tan positivo.
Pero el hecho con el que ella la sacó del estadio fue con su liderazgo en la crisis de la pandemia. Fue de las primeras que identificó que el virus era permanente y no temporal. Desde que la paciente cero colombiana (venía de Milán) se conoció, Claudia López pidió medidas de aislamiento.
Todos los días la alcaldesa le exigía políticas al Gobierno nacional, incluso la prohibición de vuelos internacionales que venían de zonas críticas como Italia y España. No hubo reacción. Pero no la impactó; lo importante era mantener vigente la solución e insistir.
Claudia López ha sido minoría antes. Cuando era una académica hace 15 años, sus conclusiones frente a la parapolítica eran controvertidas. Muchos dudaron sobre su investigación. Con el tiempo, gracias en parte a SEMANA, se confirmó la alianza de políticos con paramilitares. Fue su lanzamiento político en un tema peligroso.
Como senadora se apoderó del discurso anticorrupción y encabezó una consulta sobre esta. Siempre estuvo disponible para los programas de opinión. Entendió que ese era un lugar idóneo para exponer sus ideas. Y con una ñapa: era eficaz y persuasiva.
Esos atributos le sirvieron en el debate del coronavirus. Hay que mirar más allá de lo cotidiano: es una crisis no vista desde 1918.
No fue fácil llevar al Gobierno a entenderlo. Un Gobierno cada vez más uribista en su entendimiento de la coyuntura. Uribista modelo 2002 y no 2020.
Eso quedó claro en la emisión del decreto del 18 de marzo que le daba al presidente poder total sobre el orden público. Se interpretó como una llamada de atención a Claudia López, que había convocado a un simulacro de cuarentena para el fin de semana. La ministra del Interior, Alicia Arango, justificó la regulación: la parálisis en ese momento acabaría al país. Salió mal librada.
Ya el viernes –apenas 48 horas después del decreto–, el presidente Iván Duque anunció un aislamiento preventivo obligatorio.
Claudia López estaba en lo correcto, tenía el pulso de los expertos y del ciudadano. La prioridad es la salud, sin eso no hay nada.
No es popular especialmente entre los empresarios. Pero no cambió; tenía que escoger un camino y lo hizo bien.
Las encuestas lo demuestran: 82 por ciento de los bogotanos la apoyan en su manejo del coronavirus, más que al Alcalde de Medellín y 20 puntos adelante de Duque.
Claudia López en los últimos días fue blanco de ataques en las redes, muchos de ellos uribistas. En una entrevista con Yamid Amat, había dicho que el aislamiento era mejor hasta junio. Le cayeron rayos y centellas. La pintaron de ingenua y populista. Ella no se mosquea, trabaja con los datos científicos. Y esa investigación decía que el 13 de abril era muy pronto para levantar la cuarentena.
Duque dudó. En entrevista con El Tiempo el domingo, habló del aislamiento inteligente como una alternativa. Afortunadamente, el lunes prefirió continuar con lo que está funcionando. En últimas, la estrategia de Claudia López. En 100 días de alcaldesa, ha mostrado temple y decisión. Admirable