Doha. Mundial de Atletismo. Salto triple femenino. La venezolana Yulimar Rojas se Campeona

Yulimar Rojas se adueñó del oro en el triple salto del Mundial de Doha al lograr una marca de 15,37 metros en el segundo turno para apuntarse así su segundo título mundial consecutivo.

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Además dicha marca volvió a dejarle muy cerca del récord del mundo que le pertenece a la ucraniana Inessa Kravets (15,50 en Gotemburgo’95).

El clásico del triple salto mundial, Rojas-Ibargüen, iluminaba la penúltima jornada de los campeonatos y Ana Peleteiro, campeona de Europa en sala, se sumó a la fiesta junto a la venezolana, quien también es su compañera de entrenamientos.

Yulimar demostró en Andújar que estaba “on fire”, lista no solo para defender su corona, sino también para atacar el récord mundial. En la ciudad española, hace un mes, que quedó sólo a 9 centímetros. Hoy a 12. “El récord saldrá en algún momento”, había dicho antes de la final.

El momento dulce de la discípula de Ivan Pedroso, que ha ganado siete de sus nueve competiciones este año y en cuatro de ellas ha superado los 15 metros, le concedía fundadas esperanzas de igualar a Ibargüen, a la cubana Yargelis Savigne y a la rusa Tatyana Lebedeva como doble campeona del mundo.

Rojas, pese a batir muy lejos de la tabla, debutó con un salto de 14,87 metros.

Caterine Ibargüen

Ibargüen, atleta mundial de 2018, llevaba un año más complicado, sobre todo desde su lesión en los Panamericanos de Lima. Ha alternado la longitud con el triple (cuatro pruebas en cada una) y su mejor marca fueron sus 14,89 de Lausana. No saltaba triple desde el 11 de julio, cuando sólo fue sexta en Mónaco. Su primer salto de la final ratificó que no estaba a tope: 14,16.

Rojas había perdido este año tanto contra Ibargüen como contra la jamaicana Shanieka Ricketts, que le arrebató el diamante en la final de Zúrich. En Doha no iba a ocurrir lo mismo. En su segundo voló hasta los 15,37 y ya no mejoró, en tanto que Ricketts progresó hasta los 14,92, un salto que le valió la plata.

En el quinto turno, Caterine voló hasta los 14,73 para asegurar la presea de bronce cerrar al menos con un podio una temporada difícil.

Por su parte la jamaicana Shanieka Ricketts se sumó al podio al conseguir la medalla de plata con 14,92.

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