FRANCISCO: ” El odio no tiene la última palabra. El amor es más fuerte que la muerte y la violencia”.

Papa y víctimas

El Cristo mutilado de Bojayá, Chocó, símbolo de la violencia que arrasó con este poblado chocoano el 2 de mayo de 2002, cuando un cilindro bomba de las Farc acabó con la vida de 79 de personas que se refugiaban en la iglesia.
La imagen salió el pasado 4 de septiembre desde la Parroquia San Pablo Apóstol de Bellavista, en Bojayá (Chocó) para ser trasladada hasta Villavicencio y recibir la bendición del Papa.

El sumo pontífice aseguró que esa figura, destruida por el ataque de hace 16 años, tiene un fuerte valor simbólico y espiritual. “Al mirarla contemplamos no sólo lo que ocurrió aquel día, sino también tanto dolor, tanta muerte, tantas vidas rotas y tanta sangre derramada en la Colombia de los últimos decenios”, dijo.

Sobre este crucifijo aseguró que aunque esté mutilado por los horrores de la guerra, ahora es mucho más importante. “Para nosotros es más Cristo aún, porque nos muestra una vez más que Él vino para sufrir por su pueblo y con su pueblo, y para enseñarnos también que el odio no tiene la última palabra, que el amor es más fuerte que la muerte y la violencia”.

Por eso Francisco hizo un llamado a los colombianos para transformar “el dolor en fuente de vida y resurrección” y aprender “la fuerza del perdón, la grandeza del amor”.

Dos victimarios que dejaron las armas y dos víctimas que las sufrieron fueron las personas escogidas para participar en el gran encuentro de oración por la reconciliación nacional que tuvo lugar este viernes, en Villavicencio, durante el tercer día de visita del papa Francisco a Colombia.

En primer lugar, Juan Carlos Murcia Perdomo y Deisy Sánchez Rey compartieron sus testimonios como excombatientes:

El Papa asegura que escuchar las historias de reconciliación y perdón de las víctimas, le ha llevado a ver que Cristo quiere “Restaurar la paz y la concordia en esta tierra colombiana”.

Refiriéndose a las palabras de Pastora Mira, una de las víctimas de la violencia en el país, el Papa señaló que con el perdón se logrará romper el ciclo de violencia “que ha imperado en Colombia”.

“La violencia engendra más violencia, el odio más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso sólo es posible con el perdón y la reconciliación”, señaló el Santo Padre.

Francisco también aseguró que se siente conmovido por las palabras que dio Luz Dary, también afectada por la violencia, quien dijo que “las heridas del corazón son más profundas y difíciles de curar que las del cuerpo”.

Según el Papa, Luz Dary se ha dado cuenta que “no se puede vivir del rencor, que sólo el amor libera y construye”, transformación que le ha permitido ayudar a otras víctimas en el proceso de reconstruir sus vidas.

Francisco  le habló a los victimarios, de quienes dijo que –inocentes o culpables- también son víctimas. “Todos unidos en esa pérdida de humanidad que supone la violencia y la muerte (…) También hay esperanza para quien hizo el mal; no todo está perdido. Es cierto que en esa regeneración moral y espiritual del victimario la justicia tiene que cumplirse”, señaló.

Señaló que puede resultar difícil aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia para promover sus fines o proteger negocios ilícitos y enriquecerse, por lo que dijo que “Es un reto para cada uno de nosotros confiar en que se pueda dar un paso adelante por parte de aquellos que infligieron sufrimiento a comunidades y a un país entero”.

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